Me quedo con ganas de hacer una barbacoa

410 35 116
                                    

POV Percy

-Hay muchos guardias patrullando por las calles - murmuró Jason asomándose entre las cortinas de la tienda de Calipso.

Es algo lógico, aunque no lo hubiese dicho lo sabríamos pero solo intentaba sacar tema de conversación. Fracasando porque nadie le contestó, solo Piper con un encogimiento de hombros silencioso. Comenzaba a agobiarme, ni siquiera se me pasaba cualquier comentario por mi cabeza, ninguno de los que suelo hacer aunque fuesen estupideces, nada. Sentía que a la primera cosa que dijese, saltarían encima mía a matarme o peor, solo se reirían o burlarían de mi con mala idea. No quería hacer el ridículo.

Las únicas palabras que se escuchaban eran las constantes preguntas de Will sobre si me hacía daño al curarme las heridas, nada más. Lo que todos esperábamos era que Thalia y Leo terminasen de comer el melón entre los dos para que rompiesen el silencio, a ellos no les costaría, pero estaban muy ocupados en su tarea.

También me parecía que nosotros, los que por ahora considero mi grupo, eran los únicos incómodos. Los demás, como si ese fuese su día a día o simplemente por sus expresiones relajadas y nada tensas al contrario de las nuestras, me hacían pensar que consideraban que no éramos lo suficientemente interesantes para ellos. No lo sé, todo era demasiado confuso. 

Tenía sobre mi la mirada constante de Annabeth desde que llegué, me incomodaba, lastimosamente esperaba que me ignorase, al menos hasta que se me pasase el creciente enfado en mi al ver todo lo que estaba formando con su llegada. Lo que más me cabreaba es que así lo había decidido yo, era incapaz de haberla dejado morir. Tampoco es que me mirase de forma amale, aunque tampoco cabreada, solo... me miraba, como si yo fuese una pared, con esa misma simpleza. Comenzaba a preferir que me mirase con asco o discutiese conmigo. Es como si estuviese ausente y su mente en otra parte, pero al contrario que en mis recuerdos de ella, no tenía esa expresión de tener miles de ideas por su mente; parecía vacía, o yo ya no sé leerla.

Estaba en una esquina de la habitación de brazos cruzados con Nico Di Angelo a su lado, que ni siquiera se había dignado a hablarnos, solo afilaba su espada y le dio un corto saludo a Hazel que aunque no fuese suficiente para el gran abrazo que quería la morena, dadas las circunstancias tenía que acostumbrarse. A Reyna solo un corto asentimiento, nada más.

Él sí había cambiado, al menos en aspecto, no es que estuviese más alto, al igual que Thalia habían crecido poco, pero algo era. Lo chocante en Nico era su pelo, lo tenía casi como Thalia por los hombros y amarrado en una mala coleta que supuse que estaría mejor hecha antes de que hubiesen empezado a sembrar el pánico en el reino. Seguía con su actitud sombría de siempre, lo que ahora era algo más triste.

-Quítale la cadena del pie izquierdo Valdez, por favor - pidió Reyna a Leo señalando a Thalia provocando que ambos se atragantasen. Normal, el susto de que alguien se atreviese a hablar.

Dudaba si Reyna estaría incómoda también, o quizás esto sería el paraíso para ella. nadie hablaba y no perturbaban su tranquilidad, al menos hasta que aquellos dos terminasen de comer.

-Estoy en algo importante pretora - dijo señalando su trozo de melón y Reyna alzó una ceja - ¿La cadena? Claro, ahora mismo.

-¡Agricultora! - exclamó Thalia reparando en Zöe por primera vez como si no la hubiese visto - Pensé que a estas alturas estarías muerta, no es un placer verte.

-Yo hubiese apoyado tu ejecución - masculló Zöe rodando los ojos.

Por favor, seguid discutiendo, odio el silencio.

-¿Y privar al mundo de mi presencia? No lo creo - se encogió de hombros - Deberíamos de estar haciendo una fiesta, estamos vivas, no este puto velatorio.

Lost at sea: CollapseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora