Frank está a un suspiro de morir en su cocina

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POV Clarisse

Se dice que por lo general los hombres hablan menos que las mujeres, mucho menos. Siempre pensé que ese puto estudio era una mierda inventada; ahora, escuchando a Silena hablar mientras daba vueltas por la habitación comprendía que gente como ella jodía las estadísticas, es una puta cotorra.

-¿Te has fijado en Frank? ¿A que parece un oso? No por su complexión, que también, sino por esa cara adorable - dijo sentándose en mi cama. Genial, su voz ahora más cerca de mi.

-¿Sabes a qué te pareces tu? - pregunté.

Su mirada se tornó de sorpresa al escucharme hablar, ya que las veinte horas que seguramente llevaba aquí metida escuchándola, yo no había abierto la boca. Solo quería dormir, pero con ella no podía. Si comenzaba a tener ojeras por su culpa, se las haría a ella a base de golpes, o mejor a Jackson o a Valdez, pagaré mi ira con ellos.

Me miraba deseosa de saber la respuesta, dándome yo cuenta de que a pesar de todo la estaba escuchando, he ahí mi sorpresa y la suya. Silena tenía ese efecto en mi, aunque hablase mucho la escuchaba, supongo que porque no me caía tan mal como el resto o simplemente su voz se te metía en las orejas.

-Un puto pájaro carpintero - respondí con malicia y ladeó la cabeza sin entenderme - No paras de hablar y cotorrear, yo sería el pobre maldito árbol al que no le dejas en paz y me taladras el oído.

Yo no reía, así que traté de mantener la expresión neutra mientras su ceño se fruncía y trataba de mirarme de forma asesina. Habíamos trabajado esa mirada, lo más efectivo primeramente para luchar es que tu enemigo se mee en los pantalones pero aquí la chica hasta para matar sonríe o incluso parece que se disculpa con educación al enterrarte la espada en todo el estómago. Había desistido, es como tratar de que Jackson tenga rapidez mental o que Thalia deje de fastidiar como una garrapata.

-Eso ha sido grosero.

-Mi intención nunca fue ser agradable.

-¿Sabes quién me cae bien también? Piper - continuó empujándome de mi propia cama y tirándose al lado.

Paciencia Clarisse, si cometes un asesinato mínimo te cae un mes de tareas extra. Aguanta joder, no la mates.

¿Pero cómo podía llamar yo a esta chica amiga? ¿En qué momento decidí que me caía medianamente mal? Lo que más me fastidiaba es que conseguía a pesar de ser un total incordio que estuviese agusto, un poco al menos, algunos momentos. Ahora por ejemplo no. Odiaba no dormir y Silena no me dejaba, apenas dormí una hora antes de que llegase contándome cómo había sido su guardia con Grover sin que yo le hubiese preguntado y claro, la cabrona hasta que no me desperté del todo no paró de sacudirme. Podría dormir en la celda... qué coño que duerma ella incómoda, Silena es el incordio no yo.

Comencé a escuchar la voz de Silena más lejana y acelerada, sin darme cuenta había salido de la habitación con ella, no sé si se pensaba que íbamos a dar un paseo. Hoy al único lugar que la llevaría sería a la despensa y la dejaría ahí encerrada.

-Yo preferiría que hablásemos con Piper y Hazel - dijo Silena a mi espalda cuando empecé a aporrear la puta puerta contigua a la nuestra.

Me hizo reír entre dientes cuando dio un paso hacia atrás escondiéndose aún más conmigo al escuchar dos ladridos tras la puerta, necesitaba un perro si a ella le daban miedo.

-Quiero canjear compañera de cuarto - dije cuando Reyna abrió la puerta con cara de pocos amigos. La que tenía siempre de serie, no me desagradaba - Te libras de la garrapata y la dejas con la cotorra - señalé a Silena que me dio un golpe en el brazo. Ni lo sentí, pega como una mariquita.

Lost at sea: CollapseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora