Echo de menos vivir en la ignorancia

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POV Percy

No habíamos desembarcado aún y ya sentía el calor agobiante de la isla de Hestia. Aunque no fuese a pasar nada raro - no más raro que ver una diosa dándonos seguramente de nuevo galletas -, los nervios de que ya solo nos quedaba ir a jugarnos por última vez la vida... asustaba, muchísimo. Tenía más miedo a qué haría después de vencer, si es que ganábamos, que de la propia pelea.

-Me gusta que vengas con nosotros - le dije a Annabeth al verla venir hacia mí.

Ya no llevaba esa ropa totalmente negra dándose un aire a Thalia. Traté de apartar la vista y solo verla de reojo pero sabía que seguía notando que la miraba, pero no podía evitarlo, sentía solo con verla que no había pasado el tiempo y todo era como antes; como si lo que había pasado solo fuese una desagradable pesadilla.

-Thalia no me dio la opción de quedarme - respondió con un intento cansado de sonrisa. - Me quiere tener vigilada en todo momento.

-Al menos para decírtelo ha tenido que hablarte - intenté ser positivo.

-Sí, ayer solo me miró mal y me insultó diecisiete veces - dijo y el retintín en su voz era notable. - En vez de llamarme hermana, ahora solo soy <<incordio>> - enunció con falsa emoción.

Trataba de no mostrar que le dolía de sobremanera, pero la cara cansada y de añoranza con la que miraba a Thalia no dejaba mucho a la imaginación, una muy mala actuación sobre todo lo que estaba pasando.

Agradecí que Leo viniese hacia nosotros, sobretodo porque no tenía ni idea de qué responderle a Annabeth para animarla. Me pasaba lo mismo que cuando Piper estaba de bajón, decía algo y la fastidiaba, así que lo mejor que podía hacer era sentarme a su lado y ponernos a comer; lo malo es que no creo que con Annabeth funcione darle comida y que calle sus pensamientos alimentándose.

Con Thalia funcionaría, aunque ella no esperaría a que yo la llevase la comida.

-Pececito - habló Leo con una sonrisa nerviosa y luego miró a Annabeth a mi lado. - Cuñada que aún no me cae bien.

-Leo - advertí avergonzado. - ¿Qué has hecho? - pregunté al ver que me rehuía la mirada.

-¿Juegas a algo? Es un test y dependiendo de tus respuestas, al final puedes ganar veinte dracmas o nada - propuso.

Ni siquiera sé por qué, pero miré a Annabeth con duda, quizás para que me orientase a ver si ella entendía algo pero solo se encogió de hombros animándome silenciosamente a ver que descubriese qué ocultaba Leo luego se su raro juego. No tenía mucha esperanza de ganar, siempre perdía en todo, apuestas y cualquier juego, pero al menos no pierdo la ilusión de participar.

-Primera pregunta - comenzó y se quedó callado al momento. Estaba pensando ¿cómo íbamos a jugar si no se sabe ni las preguntas? - ¡Ya está! Si tuvieses que ir a la isla de Circe con un solo acompañante y tuvieses la seguridad de que no pasará nada chungo, como mucho caerte a la piscina - especificó antes de que le dijese que yo ahí no volvía ni loco. Aunque eso de solo relax, me convencía. - Opción A: me llevas a mí, a tu súper caliente amigo. Opción B: a novia que no es tu novia - le di una mirada de advertencia que ignoró con una sonrisa pícara. - Opción C: a Clarisse.

-La C - respondí en burla viendo cómo borraba su sonrisa y hacía una mueca de disgusto exagerada.

No estaría mal ir con Clarisse, seguramente terminaría matando a Circe y me libraría de tener que aguantar a esa hechicera con aprensión a las cobayas. Además me ignoraría todo el día, así que sería relajación total, yo solo, aunque conociéndome al día ya estaría aburrido; pero con tal de fastidiar a Leo, lo aguantaría.

Lost at sea: CollapseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora