Siento un frío muy extraño surgir en mí

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POV Miranda

Trataba de disimularlo, sobretodo por respeto a la diosa que aún seguía atada, pero me es difícil ocultar la sonrisa al ver que mi pequeño plan había funcionado, sobretodo el hecho de poder demostrar que tantos años siendo la aprendiz de Deméter había servido, mucho.

No soy una pirata tan entrenada como ellos, militarmente hablando, me defendía lo justo con la espada pero no soy tan hábil; lo que ahora, haber sido capaz de atrapar a Fortuna con la ayuda de Percy... significaba muchísimo para mí. Estaba segura de que todo mejoraría ahora para mí, poco a poco.

-Te cedo los honores de desatarla – dijo Travis con una sonrisa burlesca.

-Tienes miedo de que el primer guantazo sea para ti ¿verdad? - pregunté con suspicacia y sacó la lengua al ver que le había pillado. - Cuanto más tire, más fuerte es el agarre – le informé a la diosa que no paraba de tirar de las raíces, consiguiendo que cada vez estuviese más apretada e incómoda.

-Una niña de Deméter – habló por primera vez, quedándose quieta por fin mientras le quitaba las enredaderas de los brazos – La conozco, una mujer de armas tomar, sabe bien a quién bendecir con sus dones.

-Yo no tengo ningún don señora – susurré pasando el pulgar por la parte más rugosa de las lianas provocando que se aflojasen cada vez más.

-Naturaleza viva y salvaje, solo responden a quienes son dignos, muestran respeto por quien lo merece – dijo levantándose y sacudiéndose el vestido aún lleno de restos de hojas por el tremendo golpe que se llevó. - Astuta – felicitó – Y tú un suicida – dijo señalando a Percy que caminaba con lentitud hacia nosotras haciendo muecas de dolor.

-Le prometo que no es la primera vez que me lo dicen – sonrió con dificultad. Me sentía un poco mal, no pensé que el golpe que se llevaría sería tan duro.

A pesar de que volvió a cambiar su mirada a una enfadada cuando vio parte de los frutos por el suelo, solo suspiró con resignación y volvió a coger el cuerno que cargaba con pasimonía observando dentro de él que a primera vista parecía hueco; pero supongo que ella veía algo.

-Pensé que atizaría a Percy con el cuerno – bromeó Jason y el ojiverde asentía confirmando que también lo pensó.

-Se llama cornucopia, catetos – dijo Fortuna cortando la broma de esos dos - ¿Qué queréis?

Enmudecimos. No podíamos decirle que realmente no teníamos ni idea de por qué habíamos venido a buscarla, sobretodo por las molestias que le habíamos ocasionado. Mi mirada se pasaba entre todos, centrándome en Annabeth que por primera vez no sabía qué decir. Solo esperaba que no tratase de matarnos por haberla molestado para nada.

-No tenemos ni idea – habló Percy y Frank puso una cara de susto a su lado – Nos dijeron que teníamos que venir aquí a buscarla.

-¿Quién?

-Si quiere hablar con ella ya es tarde, le pegaron un tiro – especificó Clarisse con socarronería.

A pesar de que apoyaba a Percy cuando quería que le diésemos más margen de vida a Drew, lo suficiente como para que nos contase todo lo que sabía, no pude evitar sentir una corriente de paz y justicia cuando vi a Nico y Chris Rodríguez lanzar su cadáver por la borda. No quería creerme una de los jueces del inframundo, pero definitivamente en mi opinión se merecía morir, al igual que toda esa panda de asesinos del Princesa Andrómeda.

Estuve apunto de pedirle a Annabeth que me dejase matarla a mi, sentía la necesidad de hacerle pagar como podía el que hubiese contribuido a quitarle la vida a mi novio. Pero sentía que no me correspondía, tampoco quería percibir lo que sería un asesinato a sangre fría si no es en defensa propia. Tal y como me dijo Reyna, me atormentaría pensar que podría actuar como Prometeo y compañía, porque ellos sí tienen la disculpa de que nosotros tratábamos de matarlos, en cambio ese día era solo Drew, sentada y amarrada en una silla. No quería envenenarme con tanto odio.

Lost at sea: CollapseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora