Le robo el puesto a Nico de chico siniestro al hablar con muertos

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POV Percy

-Te lo dije - murmuré mirando mi reflejo, el que apareció justo cuando Thalia se alejó de mí para golpear el cristal como si hubiese solución.

Di una vuelta a mi propio eje viendo que si, estaba solo, mi única compañía eran mis reflejos que la verdad, no me tranquilizaban para nada. Sé que eran simples espejos pero eso no quitaba que fuese demasiado agobiante.

-Will va a matarme.

Había entrado sobretodo para cuidar a Nico, convencí a Will de que no viniese por eso mismo: yo podría vigilar a Di Angelo; y ahora que no sabía ni dónde estaba yo, menos Nico. Si, si no me mata el minotauro, va a ser Will mi asesino.

<<Si me hago el aterrado no me asustarán>> esa era mi genial idea mientras caminaba. Lastimosamente no tenía sentido, sobretodo porque ya de estar aquí de por sí solo, tenía miedo. Además no creía que esos dos se conformasen con solo alejarme, aunque el miedo a quedarme solo ya lo habían cumplido. Quizás me dejaban en paz.
Sí, solo me estaba mintiendo a mí mismo. Lo sé.

Al entrar Reyna nos había explicado por encima sobre esos dioses y sinceramente me había quedado igual. Me daba igual que uno fuese del pánico y otro el miedo, su función de asustarnos iba a ser la misma. ¿En qué me beneficiaba saber que Deimos nos asusta primero para separarnos y luego Fobos nos aterra con nuestros miedos? De nada, porque el resultado es el mismo si fuese al revés: ellos riendo y yo llorando.

Podía comprender ahora por qué Thalia insultaba tanto cuando estábamos todos juntos, sería una forma de expresar sus nervios, porque ahora estaba teniendo ganas de correr mientras gritaba <<mierda voy a morir>>.

-Desde aquí sentimos tu miedo. Quieres ir a ayudar a tus amigos y no puedes - rieron esos dos, hablando a la vez con una coordinación tan perfecta como aterradora: - ¡Qué pena! Tampoco ninguno de ellos podrá ayudarte.

-Sigue caminando, no escuches, solo quieren asustarte más - susurré para mí mismo mientras miraba el suelo. - Sigue caminando, Percy.

Los espejos estaban tan pegados a mí y con tantos reflejos míos que hasta confundía cuál de todos eran mis verdaderos pies, terminando por chocarme con algunos al no seguir bien el camino. Siempre giré a la derecha cada vez que podía aunque supiese que ese truco aquí no funcionaba: si aparecían cristales de relente para separarnos ¿cuántos cambios sufría al segundo este laberinto? Al final no llegaría en forma para luchar contra el minotauro, estaría agotado de tanto caminar y sería similar a un aperitivo para él.

No sé si lo estaba soñando o estar solo ya me estaba comenzando a afectar la cabeza, pero oía débiles gritos de mis amigos, casi inaudibles, como si estuviesen gritando a cinco kilómetros alejados de mí pero el eco de su voz chocaba en los cristales hasta llegar a mí. Si querían asustarme más, lo estaban consiguiendo. No hay nada peor que escuchar a tus amigos sufrir y no poder hacer nada.

Traté de seguir el sonido, mandando al traste la regla de ir por la derecha pero cada vez que avanzaba hacia la dirección de los gritos, estos se acallaban y aunque retrocediese, no volvía a escucharlos y peor aún, el laberinto había cambiado detrás mía, hay incluso más opciones de camino que no tuve hace unos segundos. Ni memorizando por dónde había venido tenía posibilidad de volver, a saber cómo Hades dijo que podríamos salir cuando quisiésemos. Se nota que él en sus ratos libres no se ha dado una vuelta por aquí.

-Encima de que te hacen pasar un mal rato no ponen ni señalizaciones - dijo Connor caminando a mi lado.

-Ya sabemos que la amabil... ¡Ah! - grité chocándome contra el cristal que estaba al otro lado al darme cuenta de que tenía a Connor a mi lado. - Tú estás muerto - le señalé. - Vete.

Lost at sea: CollapseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora