Tengo un don para ver árboles brillantes

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POV Percy

Lo único que calmaba un poco mi conciencia por haberlo estropeado todo es que nos habíamos coordinado increíblemente bien. Ni siquiera supe si Thalia o yo habíamos gritado la orden, pero ahora estábamos corriendo todos en parejas tratando de despistar a Lamia.

Ate nos había dicho que no era muy afiliada al enfrentamiento cuerpo a cuerpo, cosa que me había calmado, eso si, antes de llegar. Ahora que la tuve reptando y gritándome improperios tratando de alcanzarme para enterrarme sus grandes garras, no lo tenía tan seguro. Por si acaso, seguiría corriendo.

Reyna me empujó hacia un lado, ambos cayendo al suelo justo cuando un árbol caía delante de nosotros y se convertía en puras piedras. Ni siquiera le hizo falta mirarme, ambos nos levantamos de nuevo con rapidez comenzando a correr, escuchando los gritos de Lamia aunque no parecía ir directa hacia nosotros al no tener la moneda.

-¿A quién se la diste? - me preguntó cambiando de sentido y tirando de mi brazo.

-A Clarisse, creo que estaba con Grover - musité sintiendo que ya el aire comenzaba a faltarme.

No había podido disfrutar mucho del paisaje, es realmente maravilloso, tanto que me replanteaba pintar el barco de negro y pedirle a Rachel que dibujase muchas flores azules y verdes fluorescentes. Quizás el resto de barcos se mofaría, pero a mí me daba igual, quedaría bastante bonito.

Vi a unos pocos metros la moneda, pasando entre varios árboles con una velocidad innata, tanto que me temí que en verdad fuese mágica y volase. Mis sospechas se fueron al traste cuando vi a Chris Rodriguez aparecer entre los iluminados matorrales y saltar atrapándola mientras levantaba el pulgar a quien sea que se la haya lanzado. Sí, el plan que al parecer a todos se nos ocurrió era marear a Lamia, pasándonos la moneda, pero de mano en mano para no perderla, no como si fuese una pelota. No es que tuviese problemas, les había salido bastante bien, pero si me tocaba lanzarla a mí dudo que llegase a su destino, seguramente chocaría con un árbol o directamente en la cara de Lamia. Y eso que había mejorado mi puntería, un poco.

Ni siquiera sé cómo lo supe, no la había escuchado venir, pero me lancé contra Reyna tirándola debajo de mí entre unos matorrales. Me llevé un buen golpe, no solo la caída sino también de ella, puse la mano en su boca cuando fue a protestar y vimos a Lamia pasar encima nuestra, rozándome la espalda con su larga cola de serpiente y continuar su camino despejando árboles con sus brazos sin apenas tocarlos.

-De nada ¿eh? - dije sobándome el brazo donde me había golpeado.

-Ni siquiera parece habernos visto, nos habría aplastado sin más - murmuró apoyándose en una roca unos segundos para coger aire.

-Solo persigue a quien tenga la moneda. Ya luego nos matará a todos - resumí restándole importancia.

Estaba acostumbrado, ya no decía algo como: mira podemos convencerla de que nos la dé porque es por una buena causa. Qué va, ahora simplemente es <<es la siguiente que va a tratar de matarnos y eso es normal, solo intentad que no os mate y comunicadle al compañero más cercano cómo quieres tu sudario. Por si acaso>>.

Reyna caminaba a mi lado, atenta a que pudiésemos verla venir de nuevo persiguiendo a alguno, pero esta vez ni nos molestábamos en correr si no era necesario. Yo lo agradecía, casi ni sentía el pulmón y parecía que respiraba con las reservas de aire que me quedaban, así que este paseo me venía bastante bien para calmarme. Comencé a dudar si en verdad estaban huyendo o ya le habían cogido el gusto a ser perseguidos por Lamia. Cada pocos minutos veía la moneda volar y otro de nosotros sujetarla escuchando alguna risa, alguna maldición y el grito de Clarisse:

Lost at sea: CollapseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora