Estamos sorteando si ser devorados o ahogados

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POV Percy

Toda la adrenalina y positivismo se escapaba a cada respiración, a cada metro que avanzábamos hacia la entrada del Inframundo. No es lo mismo motivarnos como hace días a tener nuestro decadente futuro delante de nuestros ojos.

Grover estaba sentado en cubierta a mi lado, no importándole que no hablase, solo mascaba una lata de conservas vacía que me enseñaba de vez en cuando con alegría además de ofrecerme a probar.

-Cuando venzamos, deberías hacer una gran cena en celebración - sugirió con una sonrisa tímida - He visto muchas latas vacías. Solo me dejas una al día.

-Te duele la barriga luego - le recordé y baló en negativa, aunque sabía que era verdad - Sé que le has echado el ojo a la caja de enchiladas que lleva tu nombre - murmuré alzando una ceja y sonrió como un niño pequeño cuando le pillan haciendo una travesura. - Cuando venzamos, podrás darte un gran banquete, hermano.

-¿En serio? - preguntó alucinado y asentí riéndome por su cara ilusionada - Pero no vale decir que luego me dolerá la barriga. Comeré todas las que quiera - advirtió con desconfianza.

-No pondré objeciones, prometido - sonreí abrazándole cortamente - Ve a prepararte, ya vamos a llegar - dije al ver a Jason avanzar hacia nosotros.

Parcialmente le había mentido al estar tan positivo, pero tampoco quería quitarle las ilusiones con sus enchiladas por la batalla que se nos avecinaba. Jason le saludó mientras entendía mi señal de mantenerse en silencio hasta que se fuese, si iba a decir algo malo sobre nuestras pocas posibilidades de sobrevivir, no quería que Grover lo escuchase.

-Ya están todos en sus posiciones, es cuestión de tiempo en lo que lleguemos - me informó Jason y asentí - No pareces optimista, ahora es el momento donde sueltas una de tus frases que nos anima.

-Mira el estrecho, Jason - señalé con la cabeza las rocas que poco a poco se aproximaban hacia nosotros - Demasiado angosto como para que nuestro único problema sea Escila.

Dos islas totalmente rocosas y puntiagudas, como si fuesen dos volcanes se alzaban delante nuestra, cada vez más cerca tentándome a ordenar aminorar la velocidad del barco. Había tanta niebla que aún así me dificultaba ver el estrecho entre ambas, tan poco espacio que nuestro plan de enfrentarnos solo a Escila comenzaba a tornarse complicado.

Si queríamos tener alguna posibilidad de vivir, tendríamos que centrarnos en un solo monstruo, no podíamos estar tratando de destruir la cueva de Escila para inmovilizarla unos minutos mientras Caribdis trataba de devorar el barco.

Jason intentó disimular su nerviosismo al entender lo que nos esperaba, tragó con dificultad mientras murmuraba el típico <<lo conseguiremos>> pero ni él mismo se lo creía. Confiaba en ellos, en toda mi tripulación y nuestras capacidades, pero sin un plan que funcionase, no teníamos mucho que hacer. Enfrentarnos directamente a los dos peores monstruos de la mitología griega con un plan defectuoso no iba a ser nuestra salvación.

-Los mitos lo dicen claro Perce. Si quieres evitar a Caribdis deberás acercarte a Escila y viceversa. - Me respondió por fin - Solo tenemos que procurar estar cerca de Escila.

-Para que nos tenga más a punto para devorarnos uno a uno. Con la suerte que tenemos nos quedamos en el medio siendo atacados por ambas - reí sin ganas. - Necesitamos alejarnos un poco para que Leo y Charles consigan tener un tiro limpio, Jason. Me temo que estaremos a merced de Caribdis en ese momento.

Los dioses sabían que trataría de alejarme de Caribdis lo más posible, pero cada vez que levantaba la vista al estrecho, lo veía aún más complicado. Me costaba hacerme ilusiones y creer que saldríamos todos enteros de aquí, o incluso vivos. No veía nada bueno y sinceramente me alegraba de que Thalia y Reyna se librasen de esto: si es una matanza, al menos que dos de nosotros se salven.

Lost at sea: CollapseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora