Nunca volveré a ver a los perros de la misma manera

360 34 223
                                    

POV Annabeth

Aunque haya pasado más de una hora y no fuese tan intenso como al principio, cada vez que cruzaba miradas con Reyna entrecerraba los ojos, jugándome y seguramente pensando lo peor de mí. Si había algo que le fastidiaba a la pelinegra, era que la desobedeciesen. Y yo lo hice.

Ninguno de los dos, Reyna y Nakamura, se extrañaron cuando nada más atracar en el puerto de Francia me quede rezagada y con la mirada baja tratando de evitar algunas miradas curiosas sobre nosotros. No lo habíamos hablado, pero era algo que se daba por hecho, yo no desembarcaría si queríamos salir vivos de aquí. Tenía una fama horrenda que me precedía en este lugar, y en unos cuántos más.

-Haré mensajes... - fui a hablar pero me interrumpió.

-Yo lo haré, contactaré contigo. Quizás elijas el peor momento y todo se tuerza - respondió mientras le señalaba a Ethan la plataforma para que la fuese colocando. - Te mantendré informada sobre todo.

Tenía razón, no sería idóneo que mientras estén reunidos con vete saber quién, aparezca un mensaje de Iris con la cara de la pirata más buscada en Francia. Así que tendría que esperar a que ella eligiese el momento.

Ethan tenía la misma cara de enfado que siempre, aunque no nos había respondido mal ni sido hostil en ningún momento, no podía evitar que las pocas ganas de ayudarnos y estar bajo las órdenes de Reyna le tenían completamente hastiado. A ambas nos importaba poco y nada, solo es útil, para llevar el barco y ahora en Francia.

-Ten el barco preparado - susurró Reyna tirando de mi antebrazo para separarnos a una distancia considerable de Ethan que comenzaba a bajar para pagarle al que dirige el puerto. - No me fío de Ethan.

-Ni yo, pero no tiene opción, Reyna - insistí. - Es lógico que no actúa por buena voluntad, pero es la única forma de que tenga un destino bueno tras la muerte, aunque luego no sea así porque le traicionaremos.

-Océano puede ver que trató de retrasarnos o simplemente el que no hayamos podido conseguir esta ayuda extra suponga que perdamos y le recompense en un futuro cuando venza el titán - murmuró con desconfianza. - Si ves que vienen a atraparte los guardias, huye y ve a Inglaterra. Dejé una nota firmada por mí bajo tu cama, si vas de mi parte te escucharán, los pretores teníamos más influencia allí que en Francia, lo conseguirás.

-¿Y dejarte aquí? - ironicé. - Estás loca.

-Me las arreglaré, nos veremos en Inglaterra.

Iba a hacerla caso, recordaba cómo llegó al Tormenta estando en un barco que ella misma había atracado en un principio, amenazándoles y usándoles de transporte en base a sus intereses, así que confiaba en las actitudes y capacidades de Reyna.

Desgraciadamente, mientras maldecía observando a los guardias correr hasta mi posición en el barco, revelando la traición de Ethan, lo que menos se me pasó por la cabeza fue huir, tampoco atacarles. Si tenían retenida a Reyna y yo huía, podrían pagarlo con ella, eso no le había interesado decírmelo pero yo lo sabía. Así que lo único que hice fue levantar las manos y arrodillarme mientras me apresaban, destruyendo los esqueletos que nos acompañaban en el proceso.

-Aunque ahora resulte gracioso y parezca que miento, yo no abandono a mis amigos y tú lo eres - hablé por primera vez desde que me encontré con ella.

-También deberías confiar - repuso. - Confiar en que nos hubiésemos encontrado en Inglaterra.

-Prefiero que vayamos juntas, últimamente todo lo que planeamos se tuerce así que prefiero esa seguridad.

Lost at sea: CollapseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora