Una caída de lo más desagradable

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POV Annabeth

En apenas una hora a lo mucho llegaríamos al Inframundo. Todo estaba saliendo mucho mejor de lo planeado, teníamos una muy buena velocidad y no habíamos sufrido ningún ataque marítimo, todo a pedir de boca. A esto sabía la victoria, casi ya podía sentir el poder inundarme sin haber llegado. Estábamos tan cerca que resultaba increíble las pocas molestias que me había tomado para llegar, el cambio de tripulación había sido la mejor decisión de mi vida; la diferencia entre el trabajo duro y el trabajo inteligente.

-No he escuchado que hayas tocado la puerta - hablé levantando la vista para ver a Ethan.

-No pensé que yo debería hacerlo - dijo con recelo.

-Eres un subordinado más, un tripulante más. Cumple con las órdenes.

-Un tripulante más - repitió con ironía - Pensé que ya había superado ese título contigo, Annabeth.

-Es mejor que no pienses, como el resto. - Dije cerrando el mapa - Ni eso sabéis hacer.

-¿Y Nico Di Angelo? Él tiene inmunidad ¿no? - volvió a hablar quedándose de pie junto a mi mesa - Es un insulto que a mí me consideres uno más.

-Di Angelo es el único que goza aquí de mi confianza, exceptuándote por instantes - subí y bajé la mirada por él con lentitud - Ahora mismo, solo verte me produce cansancio.

-Puedo cambiar eso - cambió su tono levemente dolido a una sonrisa socarrona - Puedo seguir ganándome tu confianza, mi capitana. Si me permites.

Su sonrisa se acentuó cuando sonreí, para él sería una muestra de que me seguía cayendo en gracia, para mí simplemente reflejaba diversión. Ethan Nakamura es muy inteligente, pero conmigo está perdido, se agarra a cada gramo de afecto como un niño perdido.

Mi cabeza comenzó a adquirir ese dolor de cabeza insistente en el momento en que Ethan me besó. No percibía nada más que esa sensación incómoda que no me dejaba concentrarme, notaba mi mente en otra parte y el cuerpo totalmente mecanizado.

La puerta del camarote se abrió con rapidez dejándome ver a un apurado Percy que miraba para todos lados con cara de susto hasta que me localizó sacando las coordenadas del mapa.

-Sé que también es tu camarote pero si no vas a tocar a la puerta al menos no la rompas al entrar - alcé una ceja.

-Esto es urgente - dijo cerrándola con la misma rapidez con la que la abrió - Necesito que me ayudes.

-¿Qué has hecho ahora, sesos de algas? - pregunté sonriendo - ¿Clarisse quiere volver a matarte? ¿Cuántas veces van hoy?

-No es eso, que también, pero he conseguido victoriosamente escapar - se regodeó con falso orgullo - Creo que se me ha olvidado cómo besar, de verdad, ni me acuerdo. Así que me vendría bien que me ayudases.

-Se te ha olvidado besar - repetí tratando de no reír al ver cómo trataba de ocultar la sonrisa maliciosa - ¿Y esta mañana te acordabas? Que yo recuerde no hubo ningún problema.

-Han pasado demasiadas horas, chica lista. De verdad que creo que se me ha olvidado, vas a tener que ayudarme.

-Eres un idiota. - Sonreí cuando se inclinó sobre la mesa hasta rozar su nariz con la mía - Solo para practicar ¿no es así?

-Solo para practicar - prometió - Dentro de media hora volveré con una mejor excusa, te lo prometo.

-No la necesitas - murmuré justo antes de besarle.

Ethan se tropezó cuando alejé mi cara con rapidez, de nuevo otro maldito recuerdo que involucraba a Percy Jackson. Comenzaba a exasperarme, parecía que nada funcionaba, de una forma u otra su irritante presencia continuaba atormentándome.

Lost at sea: CollapseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora