Octavian tiene una fiesta del té con sus peluches divinos

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POV Percy

La mirada de Rachel era nerviosa, a cada palabra que le decía su rostro se iba acongojando cada vez más y más demostrando sus pocas ganas de embarcarse de nuevo en la aventura.

-Tengo una función en el viernes, junto a Grover vamos a protestar sobre la caza furtiva - explicó exaltando sus brazos - ¡Ya tenemos camisetas a juego!

Me señaló un estante donde habían dos perchas con camisetas que seguramente antes eran blancas. Ahora estaban con dibujos de manos rojas y marrones y un gran dibujo de lo que parecía un oso e el centro de colores, o quizás era una cabra. No lo sé, lo único que aseguraba es que Rachel y Grover no deberían dedicarse jamás a la moda, pero al ver su rostro de ilusión al ver su creación que que para ella tan bien vistoso como las togas.

-No estoy diciendo de irnos ya, todavía no hemos hablado con Octavian. Ni tenemos un barco.

Solo pensarlo me venía abajo, no pude salvar nada de mi barco, ni siquiera un triste baúl, todo se había hundido aquel día en el Perla. Trataba de no pensar mucho en ello aunque la cicatriz en mi estómago que cada día veía me lo recordaba. Tanto esfuerzo para que acabase en tanta tragedia, todos heridos en los botes viendo el Princesa Andrómeda alejarse en su regocijo mientras observábamos lo que una vez fue nuestro hogar, ser tragado por el mar.

-Yo prefiero irme ya, robamos un barco y volvemos a la aventura - apoyó Zöe - Este lugar me da repelús, odio estar a las órdenes de Octavian.

-Jamás ha hablado contigo.

-Imagínate si es agonizante su presencia que sin tener una conversación ya me cae pedante - masculló con asco - Además, odio sus representaciones - señaló con a cabeza a Rachel.

-¡Somos amigas! - se quejó esta.

-Por eso no te miento y te digo la verdad.

A pesar de sus desvaríos, se apuntaron, siendo las últimas que me faltaban por confirmar; la única opción fue que no partiésemos hasta el próximo viernes por su espectáculo callejero, no tuve problema, realmente no habíamos organizado nada. Yo tampoco quería irme si éramos sinceros, este se había convertido en mi hogar.

El único que no había confirmado era Will Solace, al principio negándose rotundamente y ahora, tras dos horas hablando junto a Hazel y yo, estaba en duda y nos pidió un tiempo para pensarlo.

Yo lo llamaba algo así como retiro espiritual o su tiempo de sanación. Se pasaba el día en la enfermería curando tanta gente que al igual que Leo se había ganado un gran respeto por hacer lo que mejor se le daba.

-Muchas vidas fueron arrebatadas por mi culpa - murmuró con la mirada sombría - Esta es mi forma de devolvérselo, salvar a quienes pueda.

-Pero Will, te necesitamos, eres nuestro mejor arquero. Si no vamos todos moriremos - trató de convencerle Hazel aunque su voz sonaba dolida, no con el rubio sino al recordar a su hermano, él era quien estuvo esos últimos momentos con Solace.

-Nadie más va a morir por mi culpa, ahora salvo vidas, no las destruyo - sentenció pero al ver nuestra mirada y mi insistencia repitiéndole las mismas palabras que Hazel, volvió a hablar: - No prometo nada, lo pensaré, pero no contéis conmigo de seguro. Tengo trabajo, si me disculpáis.

Entendía su frustración, cuando nos volvió acostar detalle a detalle por todo lo que pasó, se me encogió el estómago. No solo Nico estaría afectado por haber sido quien les arrebataba la vida, la pesadez mental de Will le carcomía por dentro, él y todos sabíamos que si no llegan a amenazar su vida, Di Angelo no habría apretado el gatillo aunque eso hubiese supuesto su inminente muerte. Se sentía el responsable y culpable de esas muertes, y aunque de alguna manera no lo sea, le entendía. Su forma de redimirse era salvando ahora cientos y cientos de vidas, aminorando sus fantasmas.

Lost at sea: CollapseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora