Leo le hace una propuesta indecente a Clarisse

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POV Percy

No esperaba que Nico me abrazase o empezara a consolarme, él no es así, pero se dignó a quedarse en silencio conmigo en alguna parte de este horrible laberinto, lejos de donde me habían mostrado aquellas imágenes.

Estaba sentado conmigo en el suelo, golpeando alguna piedra del suelo con su espada sin hablar mientras esperaba a que me fuese calmando. Yo soy más de abrazos, pero el que tuviese paciencia y me diese mi tiempo sin aparentar tener prisa, me estaba ayudando bastante.

-Se suponía que yo era el que iba a ayudarte - murmuré más calmado.

-Tú siempre quieres ayudarnos a todos - respondió sin mirarme. - Tienes que dejarte ser rescatado de vez en cuando, somos un equipo.

-Gracias Nico.

Asintió sin decir nada, tampoco hizo el amago de moverse, supondría que necesitaba más tiempo y así era, todo el que pudiesen darme.

No estaba nada tranquilo ni calmado, pero al menos podía permitirme el lujo de respirar sin tener el pánico de estar envuelto en mis pesadillas y no poder escapar de ahí. No sé qué haría para superarlo ¿empezar a superarlo todo de nuevo? Me había costado horrores y ahora debía volver a hacer frente a esas pesadillas, recuerdos y pensamientos que solo me hundían más y más.

-Era tu madre ¿no? - preguntó y asentí sin ganas. - Solo recuerda su voz y aspecto de nuevo, conserva eso de los reflejos que vimos. Lo demás... ignóralo, trata de quedarte con lo que quieres atesorar.

Por la forma resignada en lo que lo decía, me dejaba claro que eso s lo que hacía él, pero yo ni antes ni ahora me veo capaz de recordarla como un buen recuerdo. Para mí mi madre sigue siendo la persona que más he amado y amo, pero su recuerdo está manchado de forma permanente. No puedo recordarla sin llorar o hundirme en la miseria por ese día.

Lo único que recuerdo claramente es que de pequeño amaba celebrar mis cumpleaños, todos fueron felices gracias a ella. Ahora, cada dieciocho de Agosto solo era un día nefasto donde luchaba por mantener mi cabeza ocupada e ignorar que es mi nuevo cumpleaños. Para mí cumplir años realmente se convirtió en una maldición desde el número seis.

-Me estás mirando mucho - dijo sin hacerle falta voltearse - ¿Qué quieres preguntar?

Me debatía internamente si hacer alguna pregunta estúpida e ignorar realmente la que quería, que es claramente sobre sus miedos. No quería incomodarle, pero estaba tan tranquilo que no me cuadraba su calma con toda la historia trágica que Nico cargaba a sus espaldas. Dudaba hasta que Fobos y Deimos le hubiesen visitado.

-¿Qué viste? - pregunté antes de arrepentirme y vi cómo cerraba los ojos unos largos segundos como calmándose: - Si no quieres contarme es normal, solo me extrañaba...

-Al principio nada, solo eran ruidos. Tardé en identificar que eran balazos y estaba escuchándome a mí mismo disparar - comenzó interrumpiéndome. - No tardaron e aparecer caras de gente que recuerdo de haber matado, cuando estaba en las calles, antes de que me aceptaseis en el Perla. De fondo estaba el llanto de sus familias, gritando los nombres de cada familiar que maté y llamándome asesino y monstruo.

-No lo eres - dije rápido y solo hizo una mueca sarcástica como si no se creyese mis palabras.

-Apareció Reyna muriendo frente a mí, la veía morir y no movía un músculo en salvarla - continuó tragando con fuerza, eso le había afectado más, con razón. - También Hazel renegando de mí porque no quería tener un hermano como yo, le daba asco que compartiese sangre conmigo; Will también estaba a su lado, se culpaba por haberse fijado en alguien como yo - soltó una sonrisa perezosa, como si fuese algo real.

Lost at sea: CollapseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora