Una explosión de color en todo lo negro

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POV Nico

Siempre me ha gustado la soledad, sobretodo porque conseguí encontrar una paz tremendamente adictiva, pero ahora es cuando me doy cuenta de que nunca estuve solo. Aunque disfrutase del silencio, cosa que pocas veces tenía abordo del Perla o el Argo II, jamás me rodeó la soledad. Pero ahora que con solo caminar por cubierta me ignoraban o solo me lanzaban alguna mirada furibunda, si comenzaba a sentir un atisbo de la verdadera soledad. Y no, no me gustaba. Pero me lo merecía.

-Descansa un poco Nico, más tarde sigues - me dijo Charles palmeando mi espalda haciendo que frenase de invocar esqueletos.

-No, puedo seguir - negué volviendo a concentrarme.

Ya tenía mucha más práctica, pero nada más sentí el agarre de Charles supe que estaba apunto de perder el equilibrio, ni siquiera fui consciente de que estaba excesivamente débil. De todas maneras podría volver a hacerlo, no quería parar.

-Solo cinco minutos y...

-No - me lo prohibió quitándole algunas herramientas de las manos a los esqueletos que poco a poco iban sumiéndose de nuevo en las sombras. - Quédate aquí conmigo, puedes hablar o estar callado. Sin trabajar.

Asentí con vergüenza al verme pillado pero tampoco Charles parecía habérmelo dicho con intención de herirme, solo me comprendía. Me había dado cuenta de que era bastante observador o quizás es que yo no disimulo muy bien, pero ya no solo me esforzaba hasta el límite de mis capacidades para hacerles ver que de verdad quería colaborar y ganarme de nuevo un puesto aquí; no quiero estar solo, crear esqueletos hace que de alguna manera no les miren mal a Charles y a Leo por dirigirme la palabra.

-¿Cómo son los guardias de Octavian? ¿Tan sumisos como parecen? - preguntó sin mirarme aunque tenía una pequeña sonrisa burlona.

-No lo sé, no hablaba mucho con ellos - murmuré. - No, no hablé nunca.

-¿Y la comida? Si hay un buen cocinero podemos sugerir dejar a ese vivo, Thalia seguro estará a favor - continuó hablando.

-Muy buena, pero no se compara con la de aquí.

Por un momento pensé que me iba a sacar información, hasta pensé decirle que me lo preguntase directamente, no estaba como para ocultarles información. Pero en cuanto comenzó a hacerme preguntas tontas me di cuenta que solo quería hablar conmigo.

-¿Lo haces por obligación? - corté cuando me preguntó si pensaban cambiarle el color al barco. - No tienes por qué hablar conmigo si no quieres.

-Me gusta tener compañía mientras trabajo - respondió mientras clavaba un tornillo sin apenas esfuerzo. - Y no, no es por obligación. No te guardo rencor Nico.

-No te miran bien si te juntas conmigo - susurré sin atreverme a mirar a mi espalda donde seguro tenía varios pares de ojos asesinos atentos a cada movimiento.

-Tú no eres el enemigo, lo aprenderán con el tiempo - dijo parando con el martillo, - no puedo hablar por ellos pero tampoco voy a odiarte.

-Yo no soy como Annabeth, estuve consciente Charles.

-Lo sé, pero te he perdonado - sonrió. - Ninguno aquí se acerca a lo perfecto, tenemos muchos fallos, sé que los tuyos son de los peores - aceptó y bajé la mirada - Pero las personas somos así, diferentes, no podemos pretender que todos seamos como el resto quiere.

-¿Qué me diferencia de Prometeo? - pregunté viendo cómo fruncía el ceño ante la comparación.

-Que estás aquí, arrepentido - me señaló - Y por más que hayas metido la pata, tu causa era noble, querías recuperar a tu hermana. No nos dañaste por placer o venganza, elegiste el camino incorrecto Nico, pero no eres malo.

Lost at sea: CollapseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora