Hazel tiene una mala afición con golpearme

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POV Thalia

La agricultora había demostrado ser hábil luchando cuerpo a cuerpo, no solo con el arco, cosa que me caía de sorpresa, no todos aquí eran unos inútiles. Tampoco es que lograse encestarle algún golpe a mi novia, pero se mantenía en pie y eso luchando contra Reyna ya es un maldito mérito.

A menudo cuando habían entrenamientos se arriesgaban a pasar rápido por el medio, ya sea por diversión o simplemente por el gandulismo de no dar un rodeo, pero eso no pasaba cuando entrenaba Reyna; saben que una mínima interrupción, lo pagarían bien caro. Es malditamente perfecta, si me pisase la cara se lo agradecería.

Zöe trató de darle un golpe, por primera vez en la media hora que llegaban había conseguido encontrar un hueco en la increíble defensa de mi caliente novia, pero solo le sirvió para desestabilizarse y que Reyna le patease la pierna dejándola tirada en el suelo con su zapato sobre su estómago. Gente, esa es mi chica.

Si no quedase haciendo el ridículo, aplaudiría.

-Podrías disimular un poco - habló Reyna caminando hacia mí mientras la agricultura seguía en el suelo recuperando el oxígeno y las ganas de vivir - Al menos finge hacer algo, engendro gótico. No paras de mirarme.

-¿Desde cuándo tengo que disimular? - pregunté de vuelta. - Te miro todo lo que me de la gana. Además verte patear culos es divertido.

Me besó cortamente para volver con Zöe, que si bien ya estaba de pie, parecía apunto de pedirle a Charles que le construyese un bastón. Tenía aún la espalda inclinada hacia delante del dolor pero trataba de aparentar normalidad y no poner cara de sufrimiento cuando mi novia volvía a acercarse.

Deberíamos hacer una competición, algo así como que quien gane más entrenamientos consigue un día libre de tareas junto a mi impecable compañía. Obviamente ganaría Reyna, sino no me incluiría en el paquete de premios, solo me faltaba tener que aguantar a uno de estos subnormales veinticuatro horas seguidas. Ya hacía demasiado conviviendo con ellos sin ahorcarles por las noches; ganas no me faltaban he de decir.

No había podido conseguir que descansase; no me valía la excusa de que había pasado casi una semana inconsciente por obra de Apolo, a mí lo que me importaba es que nada más despertar, apenas unos minutos después, apareció Di Angelo para llevarnos a luchar contra aquella serpiente cabreada con el mundo y con mucha hambre.Definitivamente no era de este mundo, tampoco me había obedecido cuando le sugerí unas treinta veces reposar y no entrenar tan duro. Podía yo tener fama de terca, tal y como Percy, pero Reyna podía ser igual o incluso peor.

-¿No deberías estar cumpliendo tus obligaciones como capitana? – ni siquiera me sorprendí cuando Will aterrizó a mi lado, ya había aprendido que tiene complejo de rana y mono, alguna mutación extraña.

-Lo hago, estoy supervisando el entrenamiento – respondí de la forma más creíble que pude – Bien agricultora, buena defensa – alcé la voz para disimular.

Debería haber felicitado a mi novia, no me cuadró el felicitar a Zöe cuando volvió a tropezarse por culpa de Reyna y cayó al suelo. Es que hay que ser torpe ¿y yo a este esperpento la llamaba amiga? Tengo que replantearme las decisiones que tomo.

-Claro, seguro que cuando acabe Reyna sigues supervisando – respondió Will con burla y terminó sentándose a mi lado, no se iba a ir. Obviamente me sustituiría Percy, no puedo estar en todo. – Pensé que estarías enfadada conmigo, que ni me hablarías.

-Lo sé, me lo dijo Silena – escuché su queja ante su incapacidad de guardar secretos ¿qué esperaba? Él tampoco lo habría hecho, el cotilleo circula por sus venas. – Hiciste lo que pudiste, debería ser yo quien se disculpase por meterte presión para salvarla.

Lost at sea: CollapseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora