La primera vez que tengo puntería, condeno a la humanidad

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POV Percy

En todos estos días, habíamos establecido varias pautas del plan para vencer a Océano y por fin descansar, al más puro estilo de Annabeth, todo perfectamente ordenado.

Primero, mantenernos todo el grupo unidos. Desde que hablamos con Hefesto, este primer punto se nos fue a la mierda.

Segundo, ni Thalia, Nico o yo, inmiscuirnos en la batalla contra los monstruos ni Prometeo. Ahora, los cañonazos y los disparos de Thalia con su arco no dejaban en buen lugar este segundo punto.

Tercero y más importante, ni Nico ni Thalia pueden usar sus poderes antes de la batalla contra Océano, tienen que guardar energías.

-¿Puedes ir a lanzar más barriles fuera? Necesitamos quitarnos peso - le pregunté a un esqueleto.

Invocado por Nico. Mientras Thalia, estaba en cubierta provocando una tormenta a nuestro alrededor.

Punto tres, eliminado.

Cuarto y último punto, conseguir llevarnos bien.

-¡Estoy haciendo una jodida tormenta de mierda y tú pasas como un subnormal con tus esqueletos interrumpiéndome! - le gritó Thalia a Nico lanzando un rayo muy cerca de sus pies. - ¡No te quiero cerca de mí!

-¡Sin mi ya nos hubiésemos hundido! ¡Y ni siquiera haces una maldita tormenta bien! - le gritó de vuelta Nico. - ¡Y encima Percy no sabe mantener un puto barco recto!

-¡Tú ni tienes fuerza para sujetar el timón! - me quejé al verme metido en su pelea.

-¡Nada de esto pasaría si tuvieses poderes! - me gritó Nico.

-¡Solo yo puedo insultar a Percy con su ineptitud! ¡Bicho palo de mierda! - me defendió a su manera Thalia y me miró furiosa cuando le agradecí la ayuda. - ¡Átate las putas manos al timón, Jackson!

Creo que tampoco dominábamos el punto cuarto.

Lo que fue un plan tipo Annabeth Chase, se convirtió en un "a la mierda el plan" digno de mí. La verdad me quedaba con que lo habíamos intentado.

Esperaba que los tres grandes en su momento al luchar también se llevasen fatal, porque si la fórmula para vencer era ser buenos compañeros ahora no lo estábamos llegando del todo bien. Yo le echaba la culpa a los nervios, los primeros minutos fueron tranquilos, Thalia y yo filosofando sobre la vida mientras Nico se sentaba en cubierta susurrando cuán desgraciados era por estar solo con nosotros.

Ya cuando empezó la tempestad tratando de volcarnos el barco, el buen ambiente se esfumó.

Lo único que me consolaba es que habíamos conseguido entrar por el canal, algo que se asemejaba a un río rápido que pasaba por un escarpado valle sin darnos tregua. Por más que Thalia seguía controlando los vientos y los esqueletos y Nico dándonos estabilidad, no conseguía tenerlo controlado y aunque girase el timón con todas mis fuerzas, el Argo iba perdiendo partes del cascarón de proa a cada metro que avanzábamos.

Yo debí de haber sido un pulpo en otra vida que eligió reencarnar y me tocó humano, aún me quedaban secuelas, como si mi cerebro pensase que sigo teniendo ocho brazos. Tenía sujeta entre las piernas la botella llena de agua del mar, algo tonto porque ahora nuestra cubierta estaba inundaba y si nos sobraba algo además del buen humor, es agua. Mis manos se aferraban al timón pero tenía los codos pegados al cuerpo como si fuese medio manco como Nico por sujetar unas pequeñas bolsas con néctar, algo que se me ocurrió coger en un arrebato de inteligencia cuando vi que estos dos iban a quedar agotados por usar sus poderes.

Solté el timón cuando un escalofrío me sacudió al notar que uno de los talismanes que guardaba cuidadosamente bajo mis pantalones se deslizaba por mi pierna izquierda saliendo libre y cayendo a la parte de abajo en cubierta.

Lost at sea: CollapseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora