Me hacen un regalo visiblemente más útil

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POV Percy

Todo era un caos. La mujer serpiente seguía rodeándonos y atacándonos sin descanso, sin embargo yo no me movía, no podía. Tenía la cabeza de Miranda apoyada en mis rodillas, mis lágrimas seguían cayendo sobre su cara y solo podía desear inútilmente que despertase. Mis sollozos eran opacados por los de Travis, que apretaba su fría mano y tapaba la herida totalmente abierta y sangrante de su estómago tratando de contener la hemorragia como si eso la fuese a traer a la vida.

Me había salvado, había venido a ayudarnos y entregó su vida a cambio de la mía, nada podía dolerme más hoy. Todas las conversaciones se repetían en mi mente, mis dedos manchados don su sangre y la mía acariciaban su rostro recordando cómo me aseguraba que quería vivir, que estaba preparada para avanzar. Con nosotros.

-Tenemos que salir de aquí - dijo Chris llegando hasta nosotros y las ganas de gritarle se me arremolinaban en la garganta. Pero no fue su culpa, cumplía órdenes de Annabeth.

La rabia se extendía, cogí el cuerpo de Miranda entre mis brazos tratando de buscar una salida pero seguíamos rodeados. El grupo de Annabeth ya había entrado directamente en el foco de actuación de la mujer, pero para mí ya era tarde, para Miranda lo es. No íbamos a salir vivos, lo tenía más que claro, solo esperaba que en el barco entendiesen que nuestra no vuelta significaba que habíamos muerto y no viniesen a buscarnos.

-No, dime que no es cierto - pidió Hazel llegando hasta mi. Tenía una fuerte herida en la cabeza y acariciaba el rostro de su amiga entre mis brazos - No - negó soltando el primer sollozo.

No podían parar, poco a poco se iban dando cuenta de que Miranda había caído, sustituyendo su lucha por vivir, por venganza. Sobretodo Travis Stoll, que había dejado sus bombas y acuchillaba con tanto odio cada parte del cuerpo de la mujer que parecía totalmente poseído. No le culpaba, si no estuviese protegiendo su cuerpo, también lo haría. No quería soltarla, sentía que así se alejaría mi amiga aún más, me aferraba a la idea falsa de que aún estaba conmigo.

Una sensación amarga me inundó al ver a Annabeth con la espalda unida a Nico mientras luchaban contra la mujer que les rodeaba cada vez más, muy centrada en ellos con respecto al resto. Esa posición había podido adoptar con ella, si no se hubiese alejado con los que considera solo su grupo dejándonos a nuestra suerte. Ahora su ayuda solo me producía rabia, demasiado tarde.

-Lo siento tanto - susurré en el oído de Miranda - No deberías haber acabado así.

Apenas podía ver entre mis lágrimas, pero algo hacían Nico y Annabeth que la mujer serpiente les atacaba con una rabia que no había visto ni cuando me tenía rodeado. La espada de Nico se balanceaba de un lado a otro, provocando que la mujer se enfadase aún más mientras trataba de atacarle por la espalda pero ahí estaba Annabeth haciendo cortes a todo lo que se ponía delante.

No quería que les pasase nada, pero no le dolió ver cuando la mujer consiguió enganchar el brazo de Nico Di Angelo entre sus colmillos como si se tratase de una auténtica serpiente. El grito que pegó el pelinegro resonó entre todos nosotros, alertando a Annabeth que abandonó su posición para saltar sobre ella y enterrarle a la altura del pecho un cuchillo. Consiguió que soltase el brazo, totalmente sangrante y con un pequeño humo que no me daba buena espina, pero aún así, seguía sin parecer afectada ante el ataque de Annabeth sobre ella.

Un destello dorado, chispeante y parecido a un rallo apareció pasando con rapidez vertiginosa a mi lado, atravesando una de las serpientes de su cuerpo, siguiendo su recorrido sin pararse hasta que alcanzó el cuerpo de la mujer que iba a lanzarse sobre Annabeth que sostenía a Nico. La tiró hacia atrás con una fuerza sobrehumana, revelando una flecha justo en donde estaría su esternón y dejándola presionada contra un árbol, sin moverse. Muerta, un solo tiro.

Lost at sea: CollapseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora