☽ Capítulo 21 ☾

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Al diablo con Derek, si el no piensa acabar con el tipo ese, yo si lo haré. Porque se metió con quien no debía, con mis hermanas y por ellas lo hago todo. Porque comparto su dolor, porque mientras existan tipos como el habrá chicas como Aina, como Sarah que saldrán lastimadas y eso no lo puedo permitir.

Divisé a Tyler así que me acerqué a él.

—Llévame al calabozo. —espeté, no hubo si quiera un intento de disimular mi molestia.

Noté nerviosismo en su porte — ¿Calabozo? ¿Qué calabazo?

—Calabozo —lo corregí con el ceño fruncido.

— ¿No debería estar con el Alfa?

—No, desde que salimos de casa de Aina no lo veo y no lo quiero ver —lo veo a los ojos—. Ahora llévame al puto calabozo Tyler, tengo que asesinar a alguien antes de que amanezca.

—Uy... —soltó y se puso la mano en la nuca—, es que eso no se va a poder, el Alfa me dijo que...

Cerré los ojos y puse mi mano en el puente de mi nariz — Mira Tyler, no hagas que arda más en cólera —mis ojos se ponen felinos—, si no me llevas al jodido calabozo ya mismo. Voy a obligarte a que lo hagas...

Su cara palideció —Tranquila, acompáñeme, pero ya no me vea de esa manera.

Caminamos un rato y poco a poco vamos dejando atrás las luces de la manada hasta que quedamos en completa oscuridad.

Tyler tomó mi mano —Yo la guío, tranquila. 

Conforme avanzamos puedo escuchar gritos de dolor. Haló de mi mano y mi rostro chocó con una puerta.

—Carajo, Tyler —sobé mi nariz y lo oí reír bajito.

Escuché el chirrido de la puerta y casi resbalé con unas escaleras de no haber sido porque Tyler me sujetó de la cintura.

— ¿No hay luz o que carajo?

Sin contestarme me arrastró escaleras abajo y los gritos se volvieron cada vez más claros, escuché el sonido que hace el switch de la luz al encenderse y me topé con otra puerta.

Cuando la abrí quedé perpleja y di un paso atrás de la sorpresa, pegando mi espalda al torso de Tyler.

—Fui claro al decir que no la trajeras... —Derek se limpió la sangre de sus manos con una toalla blanca.

Sangre que, por supuesto no le pertenecía a él si no al individuo que lleva un morete por cara de tan morada que estaba. Tenía una ligera capa de sudor en la frente que limpió con el dorso de su mano. Su cabello estaba húmedo y respiraba fuerte, por el cansancio.

—Diez minutos para que sane y seguimos —ordenó y avanzó hasta nosotros pasándonos, por un lado. Su semblante era totalmente diferente, era otra persona.

— ¿Qué haces aquí? —una sensación extraña me recorrió entera.

«¿Por qué no me llamo Luna esta vez?»

Tyler cerró la puerta e intento irse.

—Hey... —se me erizó la piel por lo grave de la voz de Derek—, tú y yo hablaremos luego. Estas en problemas. Ahora vete.

«No me dejes sola...»

—Parece que no puedo huir de ti ni un rato —se dirigió a mí mientras se acomodaba el pelo.

Me crucé de brazos — ¿Qué pretendías al decirme que no podías lastimar a uno de los tuyos? No soy tonta y tú sabias perfectamente que vendría.

—Pensé que para cuando lo hicieras el ya estaría muerto —tensó su mandíbula—, pero merece una muerte lenta.

Ella es mía (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora