La tarde cayó y junto a ella mi humor mejoró, a pesar de mi insistencia Sarah se negó rotundamente a ir a casa con la excusa de que debía terminar de hacer la comida. Me había cambiado de ropa y duchado ya hace un rato porque lo que menos quería en estos momentos era enfermarme. Eche un vistazo en el balcón todas las plantas lucían saludables y radiantes, tome el saquito con semillas que me dio Vlad y las plante en una maceta de por ahí.
No había visto a Derek desde que se fue a charlar con el sujeto que se hace llamar su padre y eso me tenia con nervios. Trence mi cabello y baje a la cocina con Sarah. Pasos antes de entrar escuche como charlaba animadamente con alguien y quise que la tierra me tragara, di media vuelta e intente regresar a la habitación de la manera más sigilosa posible.
—¿A dónde crees que vas Christal? —se me eriza la piel, volteo lentamente y Rubí se encuentra recargada en el marco de la puerta con los brazos cruzados y el ceño fruncido.
—Buenas tardes —me lleve la mano detrás de la nuca nerviosa entrecerró sus ojos y negó con la cabeza, mientras que por mi parte le ofrecí a una inocente sonrisa.
—Solo eso dirás —me cuestiona y avancé hacia ella, abrí la boca para hablar pero no me dejo—. No, no quiero oírte bruja ingrata.
Me quedo callada y la veo a las ojos sin saber que hacer.
—Ah ¿No me vas a dar explicaciones? —sus ojos se ponen brillantes. Está molesta y yo confundida— Me dejaste sola...
Mi mirada decae y no encuentro ni si quiera una razón para darle del porqué no volví.
—Esa no era mi intención, Buster fue envenenado tuve que irme de urgencia Rubí.
—Lo sé —levanto la mirada con esperanza—, pero también se que con tu conocimiento y habilidad su condición mejoró pronto. Podría apostarlo. —zanjó.
—Escucha...
—No me molesta que te fueras —me interrumpe y me ofrece una triste mirada—, me duele que lo hayas hecho sin mi Christal ¿En que pensabas?
Jugueteó con mis manos y trato de formular una explicación.
—No podía arriesgarte así, se supone que estábamos aquí por seguridad.
Me lanza una mirada reprobatoria —¿Y si te ocurría algo a ti? ¿Como crees que me sentiría? —tomó una de mis manos— Somos hermanas Christal, no nos abandonamos.
—Lo sé y lo lamento —se acerca a mi y me ensarta un buen coscorrón.
—Auch —me queje.
—Bruta, no vuelvas a hacer eso —me advierte para después darme un cálido abrazo— y sigo molesta —anuncio cuando se separa de mi.
Era totalmente comprensible que estuviera molesta conmigo, me porte como una egoísta y solo pensé en mi. Llevábamos muchísimo tiempo una a lado de la otra, codo a codo y dándole frente a todo pero siempre juntas, no podía si quiera imaginar una vida en donde no estuviera Rubí junto a mi.
—Señoritas la comida ya está lista —anunció Sarah—, y nada de caras así —puso su dedo índice en el ceño fruncido de Rubí y ella rió.
Acomodamos la mesa y Sarah sirve la comida, la primera en llegar es Elizabeth con cara de tristeza.
—Buenas noches señorita —saludo Sarah y Elizabeth le sonrío amable o por lo menos eso intenta.
—Buenas noches Sarah —responde con desdén y se lleva un bocado a la boca— Esto está delicioso —exclama y abre la boca para decir algo más pero llega Regina y declina por completo su acción.
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Ella es mía (En edición)
Hombres LoboUna historia con clichés debo admitir pero que seguro te hará sufrir. Una bruja llega a revolucionar una manada cambiando ideales, un alma gemela posesiva y un espíritu libre. 13/06/21 #1 en Brujas