Capítulo 60

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Seis días antes

—Aquí tiene Luna —abrí los ojos y me topé con una pequeña niña viéndome con una sonrisa. Tome la pequeña flor que había en una de sus manitas y la coloque a mi costado.

Llevábamos varios días manteniendo la salvaguarda, el agotamiento ya era muy visible, casi no podía dormir porque cuando lo intentaba el terrible sueño donde veo a Rubí morir me atormenta.

Se nos había hecho costumbre ya venir al gran árbol, las personas de la manada nos traían flores diariamente, dándonos las gracias por lo que hacíamos porque si, ellos ya lo sabían. Lo consideramos lo mejor, no podíamos ocultar algo así mucho menos cuando sabíamos lo peligroso que podía llegar a ser su padre.

—Gracias Su —le sonreí amable, venía a diario desde que comenzamos a venir aquí, siempre con flores o dulces o charlas peculiares.

Por niñas como ella era que no podía rendirme, no podía simplemente desistir. Si algo llegara a pasarle a ella o alguien de la manada no me lo perdonaría jamás.

—Andando Su —se acercó Zasha, Su era su hermana menor—, no podemos interrumpir a nuestra Luna o a sus hermanas en su trabajo.

Le sonreí a ambas y las vi alejarse mientras se despedían agitando la mano.

Mis días se basaban en esto, simplemente comía, dormía lo que podía y venia aquí, el cansancio ya era muy notorio en mi rostro y las ojeras no me daban tregua.

Abrí los ojos y mire al ventanal del edificio líder, Derek tenía su atención en mí. Me brindaba una mirada preocupada le sonreí para tranquilizarlo aunque sabía que no serviría de mucho. El consejo no podía dar con su padre fue como si simplemente se esfumara de la faz de la tierra no había pistas, algún rastro, no había nada que los llevara a él. Incluso visitaron Novemville pero fue en vano, el Sr. Haugen estaba desaparecido.

—Vayamos a comer —Cora se plantó frente a mí y me tendió la mano, la acerque lentamente para exasperarla y gruño—, anda —me apresuro tomándome la mano por fin y levantándome de un jalón— que tienen que comer mucho.

—Eres muy brusca —Iris llego y la hizo a un lado de un caderazo—, andando Luna —se dirigió a mí.

Retrocedí la cabeza cuando vi un puño acercarse a mi cara, Iris detuvo el golpe sin mucha dificultad.

—Pudiste lastimar a la Luna —la regaño Iris

—Claro que no, apunte a tu cara —le respondió Cora.

La presencia de este par nos había hecho el encierro más llevadero y divertido.

—¿Pelean de nuevo? —Chant se recargo en mi hombro.

Solté un suspiro y asentí —Como todos los días...ya las conocen.

Devolví la mirada al ventanal y Derek ya no se encontraba ahí.

—Muero de hambre —comento Rubí colocando la mano en su vientre— ¿No escucharon mis tripas?

Lisa soltó una carcajada —¿Eran tus tripas? Crei que había ardillas en el gran árbol.

Reí por las ocurrencias de Lisa y Rubí la miro con el ceño fruncido —Hey —se quejó— no fueron tan ruidosas.

Emprendieron camino a casa y fui tras ellas, escuchando sus ocurrencias y sin querer me fui quedando un poco atrás.

—¿Christal? ¿Dónde está Christal? —Cora asomo la cabeza buscándome entre las demás—, quiero ver que comas todo lo que Sarah te sirva eh —Cora me tomo la mano y las demás rieron al ver cómo me cargaba como niña pequeña.

—Lo hare, de veras

Cora negó con la cabeza —Eso mismo me dijiste ayer, no quiero que te pongas enclenque, tienes que estar fuerte —miro a todas y rectifico sus palabras—, todas deben estar fuertes.

—Por el bien de todos...—susurro lo último por lo que fue casi imperceptible.

(...)

Teníamos la mirada perdida en las llamas del fuego que había creado Chant, decidimos hacer una fogata en el bosque para distraernos un poco.

—Podríamos estar sentados en la sala en estos momentos —se quejó Isaac mientras se removía incomodo en su lugar.

—Si...pero no lo haremos —le respondió Rubí—. Eres un hombre lobo y prefieres estar en casa a estar en el bosque —negó con cabeza—, eres raro. Mucho. —agrego y Isaac resoplo.

—Hagamos un último chequeo —sugerí dirigiéndome a mis tres hermanas y asintieron.

Exhale juntando ambas palmas de mis manos y cerré los ojos.

—Norte limpio

—Sur limpio —dijo Chant.

—Este Limpio —hablo Lisa.

—Oeste limpio —termino Rubí y por fin abrí los ojos.

Dejo que Derek me envuelva en sus brazos y todos nos quedamos en silencio.

—¿Alguien trajo bombones o algo?

Todos miramos mal a Isaac y Rubí saca una bolsa de quien sabe dónde y se la da.

—Gracias —la abraza y ella ni se inmuta y se acurruca.

Veo a Ty pasar junto a Aina quienes se detienen cuando pasan a nuestro lado.

—Luna —se acerca emocionada a saludarme—, continúen con el patrullaje chicos.

Se dirige hacia los otros novatos y yo la miro con un orgullo indescriptible.

—Es la líder de los novatos —comenta Ty y todas la elogiamos.

Me puse de pie y laabrace con ganas —Eres increíble Aina —le susurre al oído—, vas a llegar muylejos...cree en ti y en tu potencial —tardo un poco en reaccionar pero finalmenteme devolvió el abrazo y pude sentir como humedecía mi hombro con sus lágrimas.

Ella es mía (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora