Capítulo 58

5.6K 432 5
                                    

            Chan se llevó la mano al puente de la nariz —¿Piensan que no te has dado cuenta?

Voltee disimuladamente por la ventana de mi antigua casa, Rubí se sentó ruidosamente en el sofá de la sala. Podía sentir el aura de Isaac y Ty además la mata blanquecina de cabello era difícil de esconder.

—Han estado así toda la semana —alza la voz Rubí—, no sabemos por qué pero a donde va Christal van ellos.

—¿Ya intentaron preguntar? —salió Lisa de la cocina con una cuchara en sus manos, se puso de puntillas y soplo antes de darle a probar de su preparación a Chant.

—Deliciosa cariño —Chant beso su frente y Lisa sonrió cerrando los ojos.

—Nos evaden el tema —respondí y me encogí de hombros—, no lo van a ocultar por mucho...

Ayudo a acomodar la mesa y Lisa sirve una deliciosa sopa.

—¿Deberíamos invitarlos a comer? Deben tener hambre los pobres —menciona Lisa cuando se sienta.

—Se supone que no sabemos que nos observan...

El sonido de la puerta me genera confusión —¿Esperan a alguien? —vuelven a tocar insistentemente.

Lisa y Chant se miran confusas, me pongo de pie y voy camino hacia la puerta, miro por el ojo mágico pero no veo a nadie. Pego un brinco del susto cuando golpean la puerta como queriendo derribarla.

Todas se ponen de pie de manera ruidosa, mi corazón se acelera, volteo a ver a Chant y ella me da una señal de asentimiento.

Abro la puerta de golpe y me agacho al mismo tiempo que ella lanza una de sus dagas a la puerta. No hay nadie en el umbral pero se me instala un muy mal presentimiento, inconscientemente me llevo una mano al pecho y para cuando volteo en la dirección de ellas no me sorprende ver que ellas la tienen justo en el mismo sitio.

Me puse de pie y mire la nota que había quedado clavada por la daga de Chant.

No comience una guerra que no puede ganar

Un escalofrió me recorrió el cuerpo entero. No puede ser.

—¿Qué ocurre? —Lisa me miro preocupada mientras se acercaba a mí, envolvió mi mano entre las suyas para tranquilizarme con su don y de una vez saber que me pasaba.

Rubí tomo la nota de mis manos y se llevó las manos al cabello.

—El consejo se lo llevo —negó con la cabeza—, vimos cuando se lo llevo.

Estaba en shock, el no podía estar libre.

Lisa dio un portazo —Vamos a la manada estarás segura ahí —se dirigió a mí.

Salimos por la puerta de la cocina, Rubí sujetaba mi mano y ambas nos apretábamos con fuerza; estábamos preocupadas.

Chant lanzo una daga a un tronco —Sabemos que están ahí, andando a la manada.

Pasaron un par de segundos antes de que ambos salieran de su escondite.

Miraron en mi dirección y al ver la expresión en mi cara agacharon la cabeza.

—Luna...

Levante la palma de mi mano, dando a entender que no quería escucharlos.

(...)

—¿Cuándo pensabas decirme? —Derek miro la nota que lance contra su escritorio con el ceño fruncido.

Se puse de pie y me inspecciono el rostro con notable—¿Se acercó a ti? ¿Te hizo daño?

Negué con la cabeza para sus preguntas —Esa no es la respuesta que buscaba Derek —lo mire a los ojos— ¿Cuándo ibas a decirme? —vacile un poco y me peine el cabello con los dedos— ¿Si quiera ibas a decirme?

Evadió mi mirada y me dio la espalda viendo por el ventanal de su oficina el edificio líder —Para cuando te enteraras ya iba estar capturado de nuevo.

—Pues no lo está —solté obvia, debí matarlo aquel día que lo tuve de frente—, tu padre quiere asesinarme...

—No lo hará —me aseguro con confianza—, nadie te hará daño —se acercó a mí y tomo mi mano—. Mientras yo viva tu estarás a salvo.

De pronto la plática de Isaac y Ty que había escuchado con anterioridad cobro sentido y el que me siguiera con "disimulo" también.

Solté un suspiro —No es esa mi preocupación —confesé—, ojala solo viniera por mí —me miro confundido—. Me preocupan mis hermanas, me preocupa la manada...ellas serán su blanco y a diferencia mía ellas no cuentan con Isaac y Ty para que las custodien.

Acaricio mi mejilla —Antepones a todos antes que a ti mi Luna —disfrutando de su tacto.

—Hice un juramento...

Juro lealtad a la manada porque son mi nueva familia, juro cuidar de aquellos que la protegen, juro anteponer su bienestar antes que el mío, juro lealtad a mis hermanas porque fueron ellas quienes estuvieron ahí cuando se necesitó, juro lealtad a la gran tercia por que fueron ellos quienes arriesgaron sus vidas por un bien mayor, juro lealtad a nuestra unión porque nuestras almas fueron creadas la una para la otra.

—Y voy a cumplirlo —sentencie recordando mis palabras, tenía la preocupación a tope pero no podía permitirme el lujo de generar histeria colectiva.

Me sonrió y no me pude resistir a lanzarme sobre el para que me envolviera en sus brazos. Mi lugar seguro. Me separo de él y beso mi frente sin borrar su preciosa sonrisa —Siempre serás tu —había un brillo en sus ojos que me hizo atesorar este momento, me miraba como si hubiera tenido una revelación de pronto.

—¿Qué?

Volvió a estrecharme contra el —Es que si yo...si pudiera vivir cien vidas mas —soltó un suspiro como si no fuera capaz de formular las palabras que su mente le dictaba.

—En todas te escogería a ti —termine por él.

Siempre a ti

—Siempre serás tú, mi lobo

Nos quedamos así un largo rato, la preocupación se me había esfumando momentáneamente pero teníamos que pensar en algo pronto. Era el psicópata de su padre de quien hablábamos.

—¿Qué haremos? —Chant entro sin tocar la puerta de la mano de Lisa con Rubí a un lado.

No me separe de Derek, simplemente me di la vuelta para que aun me rodeara con sus brazos.

—Se me ocurre algo —Rubí tomo nuestra total atención mientras explicaba con detalles lo que debíamos hacer, era una idea buena.

Le sonreí agradecida, le doy gracias al universo porque estés en mi vida Rubí, no sé qué haría sin ti.

—Hagámoslo entonces —sentencie y todos asintieron.

Ella es mía (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora