☽ Capítulo 14 ☾

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Sorprendentemente no pude conciliar el sueño, me recargue en el barandal del balcón y sostuve el pequeño bote que me dio Tyler. Derek está aún dormido y no sé si darle el contenido de esto o no, lo destapé y lo olfateé por enésima vez, pero no lograba sentir el aroma de ninguno de los ingredientes y eso me hacía dudar aún más.

Miré al cielo contemplando a mi guardiana y madre luna en busca de una señal.

—Madre Luna...—mis palabras salen en un suspiro.

Antes de entrar a la habitación un aire cálido me rodeó casi como una caricia, tomé con fuerza el frasco en mis manos. Me hinque junto a Derek viendo cuan indefenso se veía, detallé su rostro y admiré sus facciones duras su mandíbula marcada y sus labios que me llaman a besarlo.

Crucé los brazos, ha pasado muy poco tiempo desde que estoy aquí en esta manada, pero por alguna razón no quiero irme o más bien no quiero dejarlo, no a él.

Luna mía

Eres mi alma gemela

Fruncí el ceño recordando sus palabras, lobo tonto como es que puede estar tan seguro de que soy yo.

Esa tranquilidad que sé que sientes ahora yo la siento teniéndote aquí conmigo

Sonreí inconscientemente, pero quité la sonrisa casi de inmediato, no puede gustarme, no puedo estar atada a nadie. Me puse de pie y abrí el frasco depositando dos gotas en su boca. Debería ser suficiente.

Voy al baño de la habitación, me mojé la cara para espabilarme, me saqué mi blusa y me sequé a toquecitos, vi mi reflejo con atención. Ladeé la cabeza y fruncí el ceño acerqué mi mano poco a poco hasta que la puse sobre el espejo, un gruñido hace que quite la mano de inmediato, mi reflejo sonríe y me guiña un ojo poniendo la mano donde yo la había puesto antes. Abrí mis ojos sorprendida y con cautela envolví mi mano con mi blusa y golpeé el espejo rompiéndolo en varios pedazos.

Me aseguré de que mi mano esté bien, decía mi madre cuidado con los espejos porque no siempre lo que miramos es nuestro reflejo. Los espejos cumplen su función mundana, absolutamente todos. Mostrarnos una imagen, pero nunca estamos seguros si realmente somos nosotros los que vemos ahí, pues la mayoría de ellos son portales a otros planos que entes que no deberían usan para pasar al nuestro. Es por eso por lo que jamás debemos dormir con un espejo apuntando hacia donde dormimos pues cuando lo hacemos somos vulnerables.

Hice los pedazos de cristal a un lado con el pie, lancé mi blusa al suelo y salí del baño.

— ¿Luna?

Se me descompone la cara al ver a Derek sentado en la cama —Tu espejo se rompió —me apresuré a decir— de la nada, no hubo golpes de por medio.

— ¿Qué? —Se frotó los ojos con la mano— ¿Qué hora es? Se pasó la lengua por sus labios — ¿Por qué mi boca sabe a....?

Lo pensó por un rato y me encaminé a la salida de la habitación mientras tanto —Tú me diste esa pastilla que me hizo dormir.

Escuché sus pasos cerca de mí, me tomó por sorpresa dándome la vuelta con sus manos —Bueno, si fui yo, pero no pensé que no debías tomarlas —lo vi a los ojos—, además la culpa es de quien las trajo y yo no fui.

Soltó un gruñido, bajé la mirada a su torso y me mordí el labio. Se acercó peligrosamente a mí y mi corazón latió como desquiciado, tanto que temí que me diera un paro ¿por qué me pongo tan nerviosa?

Sin voltear y con ayuda de mis manos trastabillé hasta encontrar el pomo de la puerta para irme de aquí, la mano de Derek me sujetó ambas muñecas impidiendo mi huida.

—Suéltame —me moví intentando zafarme de su firme agarre.

—Mi luna — se acercó a mi oído y sentí como se me erizó la piel—, las órdenes las doy yo.

Me acercó a él y mi pecho solo cubierto por mi brallete chocó con su torso desnudo.

—Parece que has olvidado que yo no obedezco a nadie y mucho menos a lobos con...

Se agachó un poco y estampó sus labios contra los míos, callándome.

Ella es mía (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora