Capítulo 71

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Me froto los ojos con cansancio, no dormí nada durante la noche y creo que hasta amanecí más débil que ayer y ya no tengo idea si es porque no dormí o porque el veneno O en mi sistema me está matando lentamente como dijo Kira cuando nos conocimos.

—Hay que continuar por el Este —sugiere Kira, se trenza el cabello de manera rápida—, podemos rodear y caminar por todo el borde o...

—Simplemente lleguemos a los limites —le digo—, no hace falta ir hasta donde tú fuiste. Hare el portal ahí.

Si es que lo logro...

Me froto la cien intentando deshacerme de esos pensamientos tan negativos.

—Nos marcharemos antes entonces...—suspira y mira al cielo— No puedo esperar para huir de este lugar de mierda... —ambas miramos al suelo cuando Regina se estira en su lugar despertándose por fin.

La pobre tiene los ojos algo hinchados; durante la noche pude escuchar sus sollozos, no le fue para nada fácil recordar todo, por lo que prefiero no mencionar nada.

—¿Trenzo tu cabello? —se ofrece Kira y Regina asiente a modo de respuesta.

Me alejo unos pocos metros de ellas y miro más allá de los espesos arbustos. No hay señal alguna de vida y eso me tranquiliza.

Dame fuerzas Madre mía.

Déjame poner a salvo a quienes me acompañan.

Haz que quienes nos sigan no nos encuentren, si van detrás de nosotras haz que no nos vean, y si lo hacen haz que no las atrapen a ellas...

Su sufrimiento ha sido demasiado ya...

¿Y qué hay del tuyo?

Me reprocha mi conciencia, un nudo se me forma en la garganta pero me lo trago.

—¿Qué haces chica? —doy la vuelta y Kira me mira con la ceja arqueada.

Le sonrió con la boca cerrada—Nada...¿Están listas? —ella me afirma levantando su pulgar.

Emprendemos camino y de mi mente no podía sacar la idea de cómo demonios haría el portal pero al mismo tiempo me convencía de que no era una opción si no que más bien era un deber.

El ambiente esta tenso; volteamos hacia todas las direcciones cerciorándonos de que no tengamos a nadie cerca, la paranoia nos tiene a borde. Nadie dice nada y eso solo hace que cada sonido que hacemos sea más notorio, vamos en una fila la cual lidera Kira seguida de Regina y por ultimo yo.

Observo el paisaje en silencio, tengo la sensación de que en cualquier momento van a saltar de los arbustos. Empiezo a tambalearme y los ojos me empiezan a pesar.

—¿Escuchan eso? —Kira hace que nos detengamos e intento poner atención pese al malestar en mi cabeza.

Kira se cuela entre mis muslos casi mandándome al suelo, me las arreglo para no caerme pero fallo por lo que Regina reacciona y me sostiene sujetándome el hombro.

Trago grueso cuando veo como Kira sostiene un dardo a centímetros de mi muslo.

—No sé cómo hice eso... —confiesa y me mira desde abajo.

—Nos encontraron... —dice Regina por lo bajo.

Espabilo de inmediato —Corran...—les digo pero nadie se mueve, ni si quiera yo y para acabar Kira no suelta mi muslo — ¡Corran maldición!

Halo a Kira del antebrazo para que se ponga de pie —¡No tires esa mierda! —le ordeno a Kira refiriéndome al dardo y ella asiente.

La adrenalina se me pone a tope y entre tropezones avanzamos sin mirar atrás. Cada una de manera literal corriendo por su vida.

Por ninguna razón aflojo mi agarre y llevo a Kira de la mano — ¡Paciente 4563 localizada! —dicen tan cerca que siento que ya nos están pisando los talones.

Siento como las piernas de Kira flaquean pero volteo a verla...

No desistas...

—No voy a soltarte Kira —digo como puedo y veo un atisbo de preocupación en su rostro.

—¡Llamen a la Dr. Ren! —mi pulso se dispara al escuchar el nombre de esa mujer.

—¡Rodéenlas!

Regina voltea hacia atrás para vernos pidiendo ayuda, miro sobre su cabeza y vislumbro a personas correr desde esa dirección hacia nosotras.

Hago aun lado todos mis malestares, no hay opción, tengo que usar magia.

Me abalanzo hacia enfrente y tomo la muñeca de Regina.

—Kira necesito que solo pienses en el lugar donde vistes la barrera...

—¿Qué? —me mira desconcertada pero no le doy ninguna explicación.

—¿Está muy lejos de aquí? —me responde asintiendo con la cabeza y eso me es suficiente — Bien, vámonos...

Saco fuerzas de donde no tengo y tomándolas por sorpresa nos hago caer de espaldas implorando tener la suficiente fuerza para hacer el portal porque de otra manera no simplemente quedaríamos vulnerables al caer al suelo de espaldas rodeadas de esta gente sino que también todo nuestro fuerzo anterior no habrá valido nada.

—Kira cierra los ojos —advierte Regina.

La paz que siento es indescriptible al sentir ese peculiar frio tan singular que te genera atravesar un portal. Es como si el tiempo se detuviera por un momento.

Lo logre...

Todo se va por el caño cuando Kira y Regina caen sobre mí de golpe sacándome el aire, Kira rueda para quitarse de encima de mí y solo escucho como se pone de pie, se aleja y la escucho dar arcada tras arcada.

Cuando me recupero, me hinco para ponerme de pie pero una tos me interrumpe, me cubro la boca por instinto pero cuando veo la mancha de sangre que tiene mi palma me da algo.

—¿Estas bien? —Regina me mira preocupada y yo no sé ni que responder.

—Oigan chicas...—Kira se reincorpora pero sus arcadas le impiden hablar.

Limpio mi palma en mi ropa bajo la atenta y preocupada mirada de Regina.

—Voy a estar bien...—le digo para tranquilizarla.

—Oigan...—volteo a ver a Kira quien esta recargada en el tronco de un árbol— Que fue esa mierda, sentí que se me subió el muerto por un segundo.

Niego con la cabeza —Lo hiciste bien Kira...—por fin me pongo de pie y le palmeo el hombro, ella me sonríe con la cara pálida.

Regina nos da la espalda y avanza varios pasos —Ahora estamos un paso más cerca...

Suspire y asentí, no podía esperar el momento en por fin regresar con mi familia.  

Ella es mía (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora