Capítulo 41

6.4K 504 57
                                    

Derek (Misión II)

—Alfa —me llama Isaac

—Mhmm —me limito a decir y lo veo por el retrovisor, se me descompone la cara cuando lo veo levantar a un cachorro.

—Ay Diosa —me llevo la mano al cien—, no podemos regresar. Consérvalo.

Lo mira con desconfianza y el cachorro bosteza.

—Es poco probable que sobreviva —comenta Tyler— es una misión peligrosa —niega con la cabeza—, ni si quiera sabremos si nosotros sobreviviremos.

Su comentario me pone pensativo.

—No lo escuches cacahuate —dice Isaac y se lo coloca dentro del traje a modo que solo la cabeza se le asoma al cachorro.

—¿Cacahuate? —se moga Tyler.

Ambos se ponen a parlotear y termino prestando mi total atención al camino, pasamos a través de varios pueblos que apenas y son iluminados por algunos postes. Gruño y maldigo mil veces que la manada del sur este tan lejos.

—Aquí a la derecha —Isaac llama mi atención y volteo a ver a Tyler quien se supone que era quien tenía el jodido mapa roncando, lo zangoloteo con un brazo pero ni se inmuta.

Sigo la indicación de Isaac y comenzamos un camino terroso, temo que el vehículo termine destartalado por tantos baches.

—Vas a lastimar a Cacahuate —me regaña Isaac y gruño en respuesta.

El sol empieza a hacer acto de presencia, miro como va iluminando el cielo de a poco. Llevo todo el día conduciendo, no falta mucho para llegar con el Alfa Enzo. Tanto Tyler e Isaac dormitan un poco, a pesar de que mi padre les dio la orden de venir a la misión, yo les insistí para que no lo hicieran porque sabía que era peligrosa y las probabilidades de volver no eran muchas pero ellos se negaron por completo.

Eran unos idiotas eso lo tenía claro pero estaba agradecido de tener amigos tan leales como ellos.

No me pida que no vaya porque no lo haré, un guerrero no abandona a su Alfa, la gran tercia siempre está unida —me dijo Tyler.

La lealtad es algo que no se pierde nunca Alfa, iré y cumpliré la misión a su lado —Isaac.

Las palabras de ambos solo me hicieron rectificar cuan afortunado soy. Llevo una de mis manos a mi cuello y aprieto el collar que mi Luna me dio, en verdad soy muy afortunado.

Un día fuera, ojala las cosas marchen bien en la manada.

De manera inesperada el frio aumenta muchísimo tanto que mis acompañantes despiertan.

—¿Tienes frio cacahuate? —escucho a Isaac— Alfa cacahuate tiene frio.

—Aja ¿y?

—Desconsiderado —me reclama y sube la cremallera de su uniforme cubriendo al cachorro por completo.

—La barrera esta justo enfrente —menciona Tyler y apunta una gran pared de piedra sólida.

—Ya lo sé, pelos de anciano y por cierto quería darles una recomendación a ambos —ponen toda la atención en mi—, no le hablen a mi Luna, no la toquen, no la abracen, no respiren cerca de ella.

Se miran desconcertados y Tyler sonríe por lo bajo —¿Qué opinara nuestra Luna sobre sus palabras?

—MI Luna —lo corrijo.

Ella es mía (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora