Capítulo 33

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Los ojos del Señor Haugen me inspeccionaban de manera atenta y curiosa, apenas y me perdía de vista para ver su plato y aunque mi atención estaba en Derek aun podía sentir sus ojos sobre mí como si intentara descubrir algo.

Conforme el tiempo pasaba las personas se retiraban de la mesa, quedábamos Derek, Isaac, Rubí, el Señor Haugen y yo. Desde que hizo acto de presencia la plática ceso en su totalidad pero como no si emanaba un aura de amargura que se nota que apenas y puede con ella. El sonido de los cubiertos chocar con la cerámica de la vajilla es lo único que escucho.

—Alfa —Isaac rompe el silencio llamando la atención de Derek— debo hablar con usted.

Derek asintió, las tareas de un Alfa nunca terminan supongo. Ambos se ponen de pie y en cuanto desaparecen en dirección al despacho escucho una risa.

—Se irá —suelta el Señor Haugen y frunzo el ceño desconcertada—, justo ahora el Beta le está diciendo a mi hijo que deben irse a la manada del sur. A una misión. —aclara y me mira con una ceja alzada— Y a pesar de que se autoproclamó Luna de esta manada no ha sido presentada de manera oficial, por lo tanto el mando lo tomara el Alfa anterior.

Todas las miradas están sobre mí —Si creyó que dejaría pasar lo que me hizo hoy, está muy equivocada. —continua.

—¿Qué pretende? —lo cuestiono con el ceño fruncido pero no me responde.

—Y por si fuera poco, en la misión incluiré al Beta y Delta —Isaac y Tyler—. Así que mientras esté a cargo y ellos estén fuera no habrá quien la defienda Luna —escupió.

—¿Defenderme? —lo mire a los ojos— ¿Le parece que necesite de alguien para defenderme?

—Usted no —dejo los cubiertos sobre la mesa— pero las demás —se pone de pie— ellas puede que sí. Después de todo no puede estar en todas partes. Con permiso.

Se retira y Rubí se cambia de sitio enseguida para quedar junto a mí.

—¿Qué carajos fue eso Christal?

Me froto la cien y veo como Elizabeth se pone de pie en silencio.

—Luna —llama mi atención—, quiero pedir disculpas en nombre de mi hermana. Lo que se viene no puede ser nada bueno.

Me mira apenada y le ofrezco una sonrisa. —Tranquila, mientras permanezcamos juntas podemos con todo.

O al menos eso espero.

Su mirada mejora y se retira diciendo buenas noches.

—Iré a tu habitación en un momento Rubí, te contare todo ahí.

Rubí sube las escaleras y Sarah sale de la cocina.

—Lo escuche todo Luna —me mira preocupada—, debemos decirle al Alfa.

Asentí y limpiamos el comedor lo más rápido posible. Me despedí de Sarah y mientras subía los escalones pensé en la madre de Derek ¿Dónde estará ella?

Abrí la puerta de la habitación de Rubí y entre.

—Tardaste mucho —sale del baño con una toalla en la cabeza.

Se empieza a cambiar frente a mí mientras comienzo a relatarle todo lo que ocurrió hoy desde que vi al señor Haugen por primera vez

—¿Cuál? —me muestra dos piezas de ropa interior una negra y otra de color blanco.

—Negro —lo piensa un poco y finalmente termina poniéndose una de color rojo.

Encima se coloca una camisa oversize y se sienta en la cama.

—Tengo el presentimiento de que todo se va a joder —comenta—, y no me cabe duda que Regina esta zafada. No solo puso en peligro a la manada trayendo a este sujeto que por lo que dijo en el comedor tiene pinta de ser un machito de mala muerte si no que también se pone en peligro ella porque no creo que le tenga consideración.

Mordí mi labio preocupada —Y hay que añadir que Derek se ira y el quedara al mando de la manada.

—¿Por cuánto tiempo?

—No tengo idea —le digo—, pero debemos pensar en cómo demonios vamos a cuidar a la manada. El señor Haugen no se anda con juegos.

—Pues nosotras tampoco —pone una de sus manos en mi hombro—, y si hay que dar pelea la daremos.

Asiento —Aunque hay algo que no me termina de convencer de ese sujeto —menciona pero no dice nada más al respecto. Cambiamos el tema por completo y me cuenta que fue a una misión con Isaac a una pequeña manada cercana, mientras que por mi parte le hablo sobre lo que paso con Vlad y que ahora Chantico se encuentra viviendo en Novemville.

Alguien toca la puerta interrumpiéndonos, miro la hora en el reloj 10:35 pm.

—¿Quién será? —la miro interrogante y se encoge de hombros.

Abre la puerta y veo a Derek asomarse.

—Buenas noches —saluda a Rubí y ella le da la señal de la paz en respuesta, Derek frunce el ceño y la hace también.

—Vino por mi hermana ¿Verdad? —hablo Rubí al ver que no decía nada y el asintió.

Me puse de pie y camine hacia la salida, Derek tomo mi mano y halo de ella con delicadeza fuera de la habitación. Me despedí de rubí y caminos en silencio a la nuestra.

Apenas pusimos un pie dentro Derek me envolvió en sus brazos con anhelo. No dijo nada y solo me pego a él.

—Debo marcharme Luna —hablo por fin en mi oído y sin querer un nudo se me formo en la garganta, cerré los ojos e intente acercarme más a él tanto como fuera posible.

Sabía que lo haría después de todo su padre había sido el responsable de darme las buenas nuevas pero era diferente saliendo de él. No quería que se marchara pero no podía decirle que evadiera sus responsabilidades por capricho mío.

—Tu padre me lo dijo —comento cuando me separo de el—, dijo muchas cosas en realidad.

Suelta un suspiro como si esperara mis palabras —Escúchame Luna —quito un anillo que tenía en uno de sus dedos y lo puso en mi mano—, la misión a la que iré es peligrosa, muy peligrosa y conozco a mi padre sé que ahora ha cambiado y puede que mientras yo no este haga cosas que pueden ser malas para la manada especialmente para las mujeres, cuida a la manada como ya lo has hecho antes.

Lo mire desconcertada sus palabras me ponían nerviosa —¿Por qué parece que te estas despidiendo de alguna manera?

—Si no vuelvo, presenta este anillo ante el consejo y la líder de la manada serás tú. —sus palabras me dejaron helada.

Di un paso atrás —¿Qué estás diciéndome Derek?

—Es una posibilidad que algo...

—No —lo interrumpí—, nada va a ocurrirte ¿Me oíste? —mis pensamientos me traicionaron y la peor situación se proyectó en mi mente, me negaba a pensar que algo podía pasarle a Derek y me estrujaba el corazón saber que él ya lo tenía previsto. 

Intente devolver el anillo a su mano pero se negó por completo y eso solo me hacía sentir mas preocupada, mañana Derek debía partir muy temprano por lo que se encontraba durmiendo plácidamente.

Estaba frustrada ya, mi magia apenas y hacia efecto en Derek por lo que cualquier hechizo de protección que intentara hacerle apenas y era funcional pero así tuviera que hacerle cien hechizos con tal de asegurarme de que estuviera protegido lo haría. 

Termine agotada al final, tanto que apenas volví a la cama junto a Derek caí rendida en un profundo sueño.  

Ella es mía (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora