☽ Capítulo 11 ☾

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Me vi al espejo antes de salir del baño, el moretón era casi imperceptible gracias a Rubí y al baño de flores, abrí la puerta con cuidado. En cuanto salí pude ver a Derek en el balcón, caminé hacia él.

—Hola...—dijo cuando notó como me acercaba.

Solté un suspiro —Hola... —me recargue en el barandal y una ventisca me erizó la piel.

Su mirada cayó a mi pecho, alcé una ceja — ¿Nunca has visto un par de pechos o qué te pasa?

Me miró incrédulo — ¿No traes sostén?

Negué con la cabeza —Es más cómodo así.

Se quedó callado, parecía pensar sus próximas palabras — Christal lamento no haber estado ahí contigo yo...

—No quiero que te disculpes Derek —lo veo a los ojos— no quiero que me protejas, lo quiero hacer por mí misma, además Isaac estaba ahí conmigo así que...

— ¿Isaac? ¿Qué hacía ahí contigo? —me interrumpió.

Asentí e ignoré su segunda pregunta y escuché un gruñido muy bajito

—Se llevan muy bien ustedes ¿No?

Lo miré divertida —Pues sí, es muy agradable —contesté su pregunta— ¿Tú también te llevas bien con Regina verdad? Se miraban bien juntos hoy.

Me volteó a ver — Quien debía estar a mi lado eras tú mi luna, no ella.

— ¿Yo? ¿Por qué yo?

—Tú eres mi alma gemela y la Luna de esta manada

Sentí como el alma me dejó el cuerpo por un instante, así que si soy yo. No puede ser posible.

}«No era tan difícil de deducir», pensé, la dificultad en esto no era deducirlo, era aceptarlo.

— ¿Cómo puedes estar tan seguro?

Mi corazón se aceleró y comencé a entrar en pánico, la idea de irme de inmediato de la manada llegó a mi mente y me tentó, pero pensé en Sarah en Aina y en que no las puedo abandonar de repente.

Haló mi mano y me envolvió en sus brazos, sentí una paz increíble al momento de sentir su calor corporal. Quise alejarme, pero al mismo tiempo anhelaba quedarme así para siempre.

—Esa tranquilidad que sé que sientes ahora yo la siento teniéndote aquí, conmigo.

Sonreí por un segundo y me separé de él quitando la sonrisa casi de inmediato—Quiero decirte algo Derek...

Me puse seria y Derek lo notó.

—Dime Luna mía.

Entré a la habitación y me senté en un sillón que había ahí con él frente a mí —Deberías considerar el lugar de las mujeres en tu manada porque no he visto a ni una sola haciendo otra cosa que no sean tareas del hogar a excepción de Elizabeth y Regina ¿Qué privilegios gozan ellas que las demás no? Muchas quieren ser más que solo la propiedad de un hombre, deberían tener las mismas oportunidades que otros, tú eres el Alfa, eres quien cuida de todos aquí y parece que tus cuidados se limitan a un sector solamente ¿No crees?

No dijo nada y yo seguí hablando— Y si tengo que estar del lado de alguien, será el de ellas así tenga que estar en contra de ti.

— ¿Considerarlas? Christal ellas son mi prioridad.

—Cuando golpearon a Sarah ¿Qué hiciste Derek? ¿Dime qué hiciste?

— ¿Sarah? Ella ya está bien, su alma gemela está con ella ahora, no la volverán a molestar.

Ella es mía (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora