—No estoy entendiendo Derek —me crucé de brazos con indignación.
—No puedo hacer nada Christal —me miró con pena.
—Ese sujeto iba a golpear a Sarah —tensó la mandíbula por mis palabras— y tú ¡¿No harás nada?!
—Es de rango alto y aunque este mal decirlo Sarah es Omega...
— ¡Y eso que! —Lo interrumpí y antes de que volviera a hablar lo hice yo— Esta bien, está bien no harás nada, entendí— sujete el puente de mi nariz, incapaz de soportar tal situación—. Rubí y yo nos iremos y por bienestar de Sarah ella también lo hará.
—Christal, tú no puedes hacer eso. No puedes irte y mucho menos llevarte a Sarah, que por si no te queda claro es un miembro de mi manada. No te lo permito. —Me miró con el ceño bien fruncido.
—Vamos a dejar claro algo Alfa —hablé con sorna— No necesito tu permiso para irme de la manada.
Avancé hacia el dejando el escritorio de su despacho como única distancia entre nosotros.
— ¿Lo entiendes Alfa?
Se puso de pie para encararme.
—Estas en mi manada, mi territorio. Yo mando aquí ¿Entiendes bruja?
Mis ojos se volvieron felinos del enojo.
—Tú, no tienes poder sobre mi —lo señalé con mi dedo índice— y si accedí a quedarme fue solo por seguridad, pero tu dime —elevé la voz— ¿Qué seguridad puedes brindar si eres incapaz de cuidar de alguien de tu propia manada?
— ¡No iras a ningún lado! Eres mía —sus ojos se volvieron de un rojo brillante, la ira que emanaban era casi palpable.
Rodeó el escritorio y se posó justo frente a mí. Me ganaba en altura por bastante pero no iba a dejar que me intimidara.
—Yo no tengo dueño —lo miré directamente a los ojos—, soy libre y no necesito el permiso de nadie para estar o dejar de estar en algún sitio y que eso te quede bien claro —clavé mi dedo índice en su pecho con cada palabra—. En cuanto a Sarah...—me peine el cabello con los dedos— será ella quien decida si se quedará aquí o irá con nosotras.
Le di la espalda y salí de su despacho destilando ira. Afuera estaban Rubí, Sarah, Regina y su hermana. Sentí todas las miradas en mí.
— ¿Y bien? —me preguntó Rubí recargada en una pared.
Le sonreí—Nos vamos de aquí.
Regina habló.
— ¿El Alfa te permitió salir de la manada? Alcé la ceja— No necesito su permiso.
Ella frunció el ceño y se dirigió a la puerta del despacho seguida por su hermana.
—Sarah —la llamé—, Rubí y yo nos marcharemos de la manada y me preguntaba si tú quisieras venir con nosotras...— tomé su mano— no tienes por qué vivir de esta manera, no es justo lo que te hacen.
Ella me miró sorprendida y triste— U-usted no puede irse y aunque quisiera yo tampoco... —agachó la cabeza.
La mire sin entender — ¿A qué te refieres?
—Llevo muchos años viviendo en esta manada no puedo simplemente dejarla —miró a la nada como si pensara en algo con añoranza —Mi alma gemela amaba este lugar, Secreto de Luna es un lugar precioso, prospero. Una parte de mi esta con la manada, si me voy yo...—negó con la cabeza— Es que no puedo.
Apreté su hombro la entendía y muy bien. Mi aquelarre era tan importante para mí y cuando Alarik llego y acabo con él. Ese día sentí que una parte de mi simplemente se apagó, jamás volví a sentir un dolor similar al de ese día.
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Ella es mía (En edición)
WerewolfUna historia con clichés debo admitir pero que seguro te hará sufrir. Una bruja llega a revolucionar una manada cambiando ideales, un alma gemela posesiva y un espíritu libre. 13/06/21 #1 en Brujas