Capítulo 25

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Mi corazón va a mil por hora, estoy tan nerviosa que pareciera que Derek me ha atrapado infraganti haciendo algo indebido, cosa que evidentemente es errónea. La mirada de Derek viaja a las manos de Vlad que me sujetan firme la cintura.

—Ella no es tuya —la afirmación de Vlad logra molestar aún más a Derek volteo horrorizada por sus palabras temiendo lo peor y el me guiña un ojo. Vampiro estúpido.

—Vete Vlad —le pido y levanta las cejas sorprendido.

Analiza la situación un poco y ata cabos.

—Es el, no es así —afirma y sonríe de lado—. No sabía que te iban los pulgosos, hermosa.

Le lanzo una mirada Cierra la boca. La respiración pesada de Derek me eriza la piel no lo había visto tan molesto antes.

—Derek tranquilízate —lo veo un poco pero él ni se inmuta y se abalanza sobre Vlad.

Vlad no es ningún novato y tiene años de experiencia en combate por lo que esquivar a Derek le resulta tarea fácil cosa que enerva al susodicho quien de un golpe destruye mi mesa de centro de la sala.

Buster se planta a mi lado y solo veo como Derek intenta encestarle un golpe a Vlad, solo uno hace falta para causar daños graves tomando en cuenta la fuerza bestial que posee.

—A mi Christal no le gustan débiles —se mofa Vlad.

Abro mis ojos sorprendida por su osadía que termina por detonar la ira de Derek. La velocidad ya no está a favor de Vlad y en uno de sus intentos de esquivar un golpe bestial, Derek lo toma del cuello y lo estampa contra la pared provocando que varios cuadros que tenía colgados caigan al suelo.

Un gruñido sale de la garganta de Derek —A Christal solo le gusto yo

Un remolino se forma en mi interior por sus atrevidas palabras ¿Acaso me gustaba Derek? La pregunta ya había rondado mi mente antes pero siempre termino pensando en otras cosas para evitar responderme eso, estaba segura de algo él me atraía muchísimo incluso más de lo que lo hizo Vlad en su momento. Es posible que me guste incluso que lo quiera pero amarlo no lo sé, eso ya es algo muy serio.

El timbre de la casa suena cuando doy un paso para separar al par de locos, así que opto por ir y atender la puerta.

—Sr. Davis —le sonrió amable—, buenas noches.

Me sonríe de vuelta —Mi esposa preparo esto para usted con mucho cariño, dijo que extraña esas tardes de té.

Asomo la mitad del cuerpo para tomar el pastel intentando no abrir la puerta y dar un espectáculo, cuando lo tengo en mis manos y estoy a punto de agradecerle pero el sonido de algo quebrándose me deja estática. Que no sea mi jarrón favorito.

—Todo está bien ahí —se preocupa el Sr. Davis e intenta asomar la cabeza pero lo impido.

Asiento repetidas veces —Debe ser Buster haciendo de las suyas no se preocupe y dígale a Magnolia —su esposa— que pronto iré a visitarla para que tengamos una de esas...

Otra cosa se rompió y siento un tic en el ojo.

—Una de esas largas charlas —termino y me despido amable.

Cierro la puerta tras de mí y la escena que ven mis ojos me causa molestia, una molestia enorme.

Vlad y Derek lucen muy desaliñados ambos con heridas en el rostro pero es Vlad el que luce peor con el labio partido, pómulo rojo y la nariz sangrando, de reojo veo como la mano de Derek sangra y la mirada que tiene puesta sobre Vlad es de todo menos amable. Dejo el pastel en la primer superficie que encuentro.

Ella es mía (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora