☽ Capítulo 13 ☾

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El frío de la noche me despertó, vi a los lados de la habitación que compartía con Rubí. La ventana estaba abierta y el aire entraba libremente, solté un bostezo y la cerré. Luego del encuentro con Derek la espalda me estaba matando y maldije a mi yo del pasado que se negó a ser revisada por el doctor. A duras penas salí de la habitación al notar que Rubí no estaba.

—El Alfa no bajó a cenar hoy —me avisó Sarah en la cocina tomándome por sorpresa—, que raro nunca duerme sin cenar.

— ¿Dónde está Rubí?

—Dijo que saldría —me contestó— al parecer buscaba una hierba para hacer un ungüento para su espalda.

Asentí, pero vi a Sarah un poco inquieta —Tranquila el Alfa debe estar molesto porque lo obligué a tomar sus pastillas.

Me miró confundida — ¿Pastillas? El doctor le dio un gel para que sus heridas cicatrizaran más rápido, nuestra curación es muy rápida así que dejamos de sentir dolor al poco tiempo, por lo que no necesitamos analgésicos.

Sentí como se me bajó la presión —Pero yo le di...

Ambas nos miramos y subimos de prisa a su habitación. Miré a Sarah y después a Derek quien está dormido plácidamente.

—Tranquila Sarah ¿Lo ves? Solo duerme, no hay de qué preocuparnos.

—Este es el bote de pastillas — me lo enseñó y asentí— ni siquiera son analgésicos, las usamos para los novatos cuando sus lobos interiores se descontrolan. Hay que despertarlo rápido.

Sarah lo zangoloteo levemente, yo negué con la cabeza acercándome.

—Así nunca se despertará —tomé vuelo y estampé mi mano en su mejilla, pero este ni se inmutó. Sarah soltó un gritito por mi acto —Bueno, no funcionó ¿Qué hacemos?

—Hay que llamar al Beta o al señor Tyler sus habitaciones están saliendo de este pasillo ala izquierda y luego a la derecha una frente a la otra.

Asentí y salí rápido en busca de alguno de los mencionados. ¿Quién habrá dejado las pastillas ahí? Seguí las indicaciones de Sarah. No tengo ni la menor idea de quién sea cada puerta así que comienzo por la de mi costado izquierdo.

Un golpe

Dos golpes

Tres golpes

La audición de los lobos es muy aguda decían, casi derribé la puerta y nadie aparecía. Maldije para mis adentros y retrocedí para alcanzar impulso y pegarle una patada a la puerta.

— ¿Qué demonios ocurre? —abrí los ojos cuando Tyler abrió la puerta y terminé pateando de lleno su estómago.

—Lo siento, lo siento —lo tomé del brazo sin dejar que se recuperará de mi patada—. Acompáñame.

Aunque no creo que le haya dolido tanto — ¿A dónde me llevas bruja loca? ¿Ya viste la hora? Estás safada, si no me sueltas voy a gritar por ayuda.

Volteé a verlo con los ojos felinos y ya no dijo nada, la puerta de la habitación de Derek seguía abierta, halé a Tyler adentro.

—Repáralo, anda —moví mis manos en dirección a Derek.

—Sarah esta bruja está safada sugiero que la llevemos fuera de la manada y...

—Usted es el safado maldito loco, el bote de pastillas huele a usted ¿En qué estaba pensando?

Tyler se encogió de hombros bostezando —Yo no le di ninguna, solo las traje porque...

Sarah lo interrumpió — ¿Por qué? No hay porque, use la cabeza, por la Diosa.

El regaño de Sarah no parece importarle, se sentó en el sillón de la habitación con la intención de dormir.

—Despierta a Derek —le repetí.

—Yo no le di nada —se justificó — Quien se las dio es quien debe despertarlo —volteó hacia mi entrecerrando los ojos.

Fruncí el ceño y me hice la ofendida — ¿Qué tratas de decir ah?

—Solo digo lo que es obvio, se supone que eres experta en medicina natural y esas mierdas o... ¿acaso se la diste a propósito?

—No digas estupideces lobo, mi intención nunca fue hacer esto solo le di la medicina que habías dejado aquí, o... ¿acaso la dejaste aquí a propósito?

Soltó un gruñido —Solo hay que dejar que duerma con suerte y despertara en dos días.

— ¿¡Dos días!?

—Hay otra solución ahora que lo recuerdo. —comentó él, y me miró con una expresión que me hizo desconfiar de inmediato.

—Hable Señor Tyler —alentó Sarah.

—El beso de su alma gemela —Sarah y Tyler voltearon hacia mí.

Lo veo a los ojos incrédula de sus palabras, todo en él gritaba que sus palabras eran una vil mentira.

Fruncí el ceño —Oye lobo —me crucé de brazos— no sé si creas que soy idiota o si pienses que vivimos en un cuento de hadas, pero de lo que si estoy segura es que mientes.

Busqué su mirada, pero la desvió en dirección a Derek — Tendremos que estar sin Derek dos días —me encogí de hombros— qué pena, pero tengo entendido que quienes se harán cargo de su trabajo serán tú e Isaac.

Caminé hacia él y le di dos palmadas a su hombro —Que mal por ustedes —tensó la mandíbula— a menos que haya otra solución, pero no la hay ¿o sí?

—Que fastidio... —refunfuñó en un susurro mientras abría un cajón del buro.

—Ten —puso en mis manos un pequeño frasco— solo métele dos gotas en la boca y despertara.

Sonreí —Gracias lobo ¿Era tan difícil hacer esto desde el principio?

Soltó un gruñido y pasó su mano por su grisáceo pelo — Solo lo hice porque no quiero perder el tiempo en hacer tareas que no me corresponden, y cuida bien el frasco es todo lo que hay y es solo para emergencias.

Lo acerqué a mí y lo olfateé un poco — ¿De que esta hecho?

—Secreto de lobos.

Rodé los ojos por su respuesta

—No puedo confiar en un líquido de dudosa procedencia sin que me digas de qué está hecho, podría ser veneno o algo desagradable

Tyler me miró mal —Además si lo hiciste tú puede que sea tóxico.

Sarah notó la tensión —Bueno, bueno a dormir que...

—No te daré la receta, no confío en ustedes brujas siempre queriendo saber todo, fingiendo ser sabias y amar la naturaleza cuando en realidad son seres horribles...

Fingí una mueca de dolor —Oye, oye di lo que quieras, pero no te proyectes por favor —me miró molesto y yo reí.

—No por nada las asesinaban tanto —la sonrisa se borró de mis labios con sus palabras.

Sarah cubrió su boca con sus manos horrorizada por las palabras que había soltado Tyler.

Negué con la cabeza —No dijiste eso...— Me acerqué a él, se puso tensó ante mi seriedad— Ni una ¡Escucha esto! Ninguna de las muertes de todas mis hermanas tiene justificación, las señalaron por saber, las cazaron por temor y a mis hermanas las mataron por no callar. A las que dices que fingen ser sabias ellas eran maestras y consejeras dispuestas a compartir su poder para instruir a quienes buscaban enseñanzas, a las que dices que fingen amar la naturaleza ellas buscaban poder en la tierra y sanaban a quienes lo necesitaban y sí, ante los ojos equivocados podemos ser seres horribles. Pero ser bruja Tyler es un privilegio que solo gozan los espíritus libres y los corazones osados.

Me miró a los ojos y pude ver arrepentimiento en ellos —Luna...

Levante la mano mostrándole la palma, no quería escucharlo —Que descansen, puedo encargarme del Alfa —Sarah se despidió con un buenas noches y Tyler salió con la cabeza gacha.

Ella es mía (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora