(EN EDICIONES).
Dos familias.
Un pueblo, dinero, secretos y traiciones.
Romances que te dejarán con el corazón pendiendo de un hilo y pasiones que arderán al punto de
quemarte.
¿Lo único seguro? Luego de su llegada, nada ni nadie saldría ileso.
A...
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POV SKY:
Lunes.
Oh, terrible y espantoso lunes.
El cielo se encuentra nublado. No hay pajaritos que canten por mi ventana. No me veo absolutamente nada bella al despertar por la mañana, y como evidencia lo consta mi terrible y enmarañado cabello, las enormes ojeras que surcan alrededor de mis ojos, y ni hablar del fino y asqueroso rastro de baba seca en mi mejilla.
Genial. Mis despertares no son para nada como el de una de las princesas de cuento de Disney.
Para rematar no encuentro por ningún lado una de las faldas de mi uniforme, estando las demás completamente sucias.
Ya que gracias a mi gran irresponsabilidad, olvidé estúpidamente que el servicio se encuentra de vacaciones y mi Nani aún no regresa de visitar a su hijo.
Yo no tengo ningún conflicto en lavar mi propia ropa, es sólo que de verdad lo olvidé por completo.
Yo y mi terca necesidad de ver series casi todos los fines semana.
-Falda del demonio, ¿Dónde carajos estás?-Chillo frustrada ya que sólo me quedan quince minutos para llegar a clases, y normalmente son diez minutos de distancia para llegar al instituto.
Y oh por supuesto. Precisamente la primera clase que tengo en el día es nada más ni menos que con la arpía de Petrova. De mis profesores favoritas, claro.
-Sky, apresúrate ¿Quieres?. Hoy de verdad que no puedo llegar tarde a mi clase de química-Se queja Stace asomándose por mi puerta perfectamente lista y yo gruño estresada-¿Okey? ¿Y ahora a tí qué te ocurre?- Pregunta al ver el desastre que he armado en mi habitación- ¿Acaso un huracán se ha colado por tu ventana y no me he enterado?--
Eso quisiera.
-No encuentro la falda del uniforme-Me quejo con ambas manos en el rostro, señal propia de mi frustración.
-¿Revisaste en el cuarto de lavado?-Cuestiona intentando ayudar y asiento.
He buscado en cada rincón de la mansión y no la he encontrado por ningún sitio, y el resto realmente se encuentra sucio y manchado de comida.
-Vale ¿Por qué no usas una de las de Sam?- Sugiere y considero seriamente aquella opción.
No es que no lo hubiese pensado antes, es sólo que mi hermana Samantha es realmente cuidadosa y posesiva con sus cosas. No le gusta prestárselas a nadie y mucho menos a mí. Ya que mi pasado con sus prendas es algo... Desastroso.
En una ocasión y por accidente, me prestó una de sus blusas favoritas, la cuál también me encantaba debido a unos brillitos realmente hermosos que tenía. Quise usarla para el bautizo de un primito y ella al final terminó accediendo. Y pues... Sólo les diré que tengan mucho cuidado con las velas encendidas, casi tuve que ir de emergencias al hospital si no fuera sido por Stace, que tuvo que arrojarme dos jarras de agua bendita al cuerpo para lograr extinguir el fuego.
