Capítulo 44: Fetival Villa Le Rossy.

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POV EROS:

Maldita niña.

Ella y todas sus jodidas actitudes de mocosa infantil.

Ya va a ver lo que le voy a hacer. 

Encrespado por la asquerosa sensación pegajosa de la bebida gaseosa sobre mi pecho, me saco toda la ropa hasta encaminarme a la ducha. De mala gana me posiciono debajo la regadera, abriendo el grifo que libera la helada corriente de agua que me cubre de pies a cabeza.

¡Es que no la podía entender!.

¡Está loca!.

Gruñendo poso ambas manos sobre la pared, viendo fijamente el suelo y como el charco que se formaba en éste se se  escapaba a través del drenaje. Gruesas gotas de agua me recorrían, iniciando desde la cima de mi cabeza, bajando por mi pecho y abdomen hasta perderse debajo de mis pies.

Loca bipolar.

Ya sabía yo que algo se tramaba cuando vi a su amigo distrayendo a Railey.

En un principio llegué a pensar que me estaba buscando para conversar sobre la paliza que le metí al otro estorbo, o quizás, molestarme por no haberla llamado durante todos estos días.

Que equivocado estaba.

Ella estaba ahí, llamando mi atención, simplemente porque estaba celosa. 

Celosa por verme en aquel centro comercial con nada más ni menos que con ella.

Con Railey.

Conociéndola, ya de seguro su lunática cabeza se había creado tremenda película con secuela y toda incluida. Una en donde la castaña con leves reflejos rubios era  la mujer de mi vida y habíamos tenido tres hijos y criado a un maldito perro. Mintiéndole a ella, cuando ya le he dicho cuatrocientas mil veces que no era mi novia.

Y no lo volvería a ser.

Eso me pasa por hacerle el favor a Rai, llevándola a ver a su amiga en aquella tienda. 

Por otro lado, la conducta de Sky en serio me estaba empezando a volver loco, y aunque me haya encendido a niveles peligrosos con su marcada de territorio, o con aquel beso que sólo me devolvían las ganas de meterla a uno de los baños y follármela hasta corrernos unas cuantas veces. No tenía razones para reclamarme o haberme hecho lo que me hizo.

No cuando días atrás me había encendido la mecha al verla sentada sobre la mierda de chatarra que el inútil tenía por motocicleta, tocándola como si se creyera con el derecho de poder hacerlo.

No me arrepentía de haberle aclarado todo el asunto, por lo tanto si ella esperaba alguna disculpa de mi parte, lo mejor era que se sentara a esperar ya que no tenía la mas mínima intención de hacerlo.

Con lo que sí no contaba era que después del alboroto en su casa, me había tocado inventarle una rápida excusa a su padre, quien nos observaba rabioso y con cierta sospecha. Luego de que la discordia se marchara medio muerto, le había contado a Steve que en el pasado supuestamente Jared y yo habíamos tenido un sin fin de problemas, ya que él había sido el novio de una prima mía que ni siquiera existía, y a la cual él le había sido infiel incontables de veces. 

Su ceguera por que todos nos llevásemos bien lo llevó a creer cada palabra que le había inventado.

Había matado dos pájaros de un tiro.

Él me creyó al instante, por eso no se le hizo tan descabellada la idea de quererlo asesinar cuando lo único que había hecho era hacer sufrir a mi pobre e inexistente prima. Y colocándolo también en alerta ya que él no quería a ese tipo de personas rondándole a sus hijas.

LOS CLARCK (I)✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora