Capitulo 55: ¡CORRE, PERRA, CORRE!.

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POV DAMEN:


—¡Aumenten esas pesas!—El entrenador se pasea por el gimnasio, inspeccionando que todos cumplan sus debidas rutinas al pie de la letra—Se supone que estoy entrenando a futbolistas, no a nenitas débiles. O peor aún, a Tod Miller.—Blanqueo los ojos con fastidio. Contando en mi mente la tercera serie de barras.—¡Así es Dawson! Con todo...—Si antes estaba fastidiado, pues ahora me encontraba completamente obstinado.

Ya me estaba hartando del jodido favoritismo que tenía el maldito viejo con Bratt. Obstaculizándome el objetivo. 

El puesto de capitán.

Se suponía que a estas alturas ya debería de estar liderando. Pero no, aún no me daban el maldito puesto y mi limitada paciencia se estaba desintegrando.

—En quince minutos los quiero a todos en el campo. Y el que llegue de último se encargará de recoger las toallas de todos y darle diez vueltas más a la cancha—Advierte, perdiéndose a través de las puertas.

El sonido de las pesas impactar entre sí y el de las máquinas era lo que en su mayoría se oía. Los quince jóvenes que se encontraban a mi alrededor apestaban a mierda, y el que el rubiecito se vanaglorie junto a su comité de lameculos me ponía a entrenar mucho más rápido para largarme de éste lugar infernal.

Necesito ese puesto. 

Por lo tanto, diez minutos después soy el primero en terminar con la rutina. Llegando junto al coach quien me mira sorprendido.

—Vaya Clarck, me sorprende tu rendimiento...—Acota—.Ahora dale vueltas al campo hasta que suene el silbato—Ordena así que sin rechistar empiezo con el trote. 

Con sincronización empiezo a mover los pies, inhalando aire por la boca. A los quince minutos la frente, pecho y espalda me empiezan a sudar, pero sin frenar ni un poco la carrera. Ya el resto del equipo se me había unido. Dándole todos vueltas a la cancha en fila.

—¡Pueden beber agua! Tampoco es que quiera que se me desmayen, florecitas delicadas— Espeta con sorna.

Imbécil.

Aunque el de Londres era peor. 

—Hoy la vista estará increíble por lo que veo...—Le oigo decir al center, quien observa de manera lasciva al montón de chicas que justo llegaban al campo. 

Específicamente, a las miembros del equipo de fútbol femenino.

—No logro decidir quien está más buena...—Comenta uno que mide casi dos metros. Mientras que el otro idiota le da un codazo para que él vea específicamente a alguien.

—Yo sí que sé. El bombón de cabello rojo...La mayor de las White—Al escuchar ese apellido en específico me intereso. Y más cuando el rostro de la mujer de la que hablan se dibuja inmediatamente en mi cabeza.

—Lo que daría por cogérmela...—Se lamenta—Pero la zorra no es de las fáciles.— Explica—Un amigo una vez lo intentó y tuvo que ponerse una bolsa de hielo en las pelotas por media hora— Sonrío divertido. Imaginándome la escena.

Y pensar que nada me costó encajársela sobre el sofá, el escritorio, y el....

—¡Regálame un besito, muñeca!—El mismo tipo de segundos atrás llama la atención de la pretenciosa, ganándose después el que le muestre el dedo medio con altanería.

—Cuando aprendas a ser un hombre me avisas, muñequito.— La muy creía le guiña el ojo con burla. Logrando que la mayoría del equipo abuchee al bocón.

LOS CLARCK (I)✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora