(EN EDICIONES).
Dos familias.
Un pueblo, dinero, secretos y traiciones.
Romances que te dejarán con el corazón pendiendo de un hilo y pasiones que arderán al punto de
quemarte.
¿Lo único seguro? Luego de su llegada, nada ni nadie saldría ileso.
A...
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POV SKY:
Domingo.
El día estuvo bastante frío, aunque en Villa LeRossy casi siempre el clima era templado debido a que nos encontrábamos rodeados de zonas montañosas.
No menos perfecto por supuesto, ya que soy de las personas que prefiere mil veces disfrutar del frío a tener que pasar calor.
Claro que también puedo apreciar y disfrutar perfectamente de un bonito y radiante día soleado. Sobre todo si es en la playa.
Así mismo, tal como dije la tarde de ayer, llevo ya la mayoría del día encerrada dentro de mi habitación. Cuando dije que me tomaría éste domingo entero de maratón no bromeaba.
Ya casi voy culminando la tercera temporada de Teen Wolf, y me encanta de igual forma que la primera vez que la ví.
Al principio tenía a Claire de compañía. Fué bastante gracioso escuchar sus gritos de perra loca—como ella los llama— o presenciar cada uno de sus piropos hacia su personaje favorito de la historia y describir lo deliciosamente bueno que éste se encuentra.
O al menos hasta que, lamentablemente, recibió un llamado de su madre y se tuvo que marchar. No sin antes ponerme al día de todos los sucesos ocurridos en el instituto y contarme sobre un nuevo chico de su clase de historia con cuerpo de infarto.
Lo típico en Claire.
Ya rato después de que se marchara, y ahorita en la actualidad, me encuentro tan sólo con la agradable compañía de mi tierno gatito el Señor Firulais.
Es un gato ya algo grande en edad. Pero bastante travieso. Su pelaje es rojizo y posee maravillosos ojos felinos de color verde.
Mi padre me lo obsequió años atrás. Cuando me contó que una de sus compañeras de trabajo necesitaba encontrarles un nuevo hogar a varios gatitos que había tenido su gata, y él al observar al lindo minino de inmediato se acordó tanto de mí por la melena y ojos que lo terminó adoptando y dándomelo de regalo de cumpleaños.
Y sí, soy plenamente consciente de que puede que no sea el mejor nombre del mundo para un felino. Pero a mí me gusta, y eso es lo que verdaderamente importa.
Por otro lado, hoy fué el día en que Eric me ayudó a cumplir con mi parte del trato, teniendo entonces una fogosa cita con Phil que terminó en sexo desenfrenado. Realmente fué bastante incómodo y gracioso escuchar los detalles por parte del pelinegro. Más aún así conversé largo rato sobre ello.
Volviendo a lo que hacía, me encuentro inmersa en mis pensamientos al observar ya la mitad del capítulo que veía cuando en eso alguien toca la puerta de mi habitación, anunciando la llegada de mi distinguido padre.
¿Cómo es que estoy tan segura de que se trata de él?
Sencillo. Ninguna de mis hermanas—Sea la situación que fuera—se tomaba el momento o consideración alguna de tocar la puerta antes de entrar.
