Capítulo 16: Fué un placer salvarte la vida.

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POV STACY:

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POV STACY:

08: 55 p.m

Cierro la pequeña libreta rosa con mi nombre escrito, la cual reposa justo encima del enorme escritorio blanco en mi habitación.

Estiro mis articulaciones algo exhausta, soltando un largo bostezo por las horas y horas de estudio.

Al menos ya me encuentro lo suficientemente preparada para presentar y aprobar el examen del lunes.

Busco mi móvil por toda la estancia, hasta que lo encuentro encima de mi cama perfectamente tendida. Soy de aquellas chicas a las cuales les encanta mantener todo limpio y organizado. Como tiene que ser.

Me aproximo al pequeño aparato, y lo tomo con una sonrisa en el rostro al ver un mensaje recibido por parte de mi amiga Lucy.

Lucero/ 6:40 pm.

¡STACEEEEEE! ¿Estás? Necesito contarte algo con urgencia.

¿Crees que puedas venir a mi casa esta noche? Prometo darte muchas palomitas con Nutella.

Sonrío al ver su intento de convencerme. Detalle que me parece realmente innecesario ya que de todas formas pensaba ir a visitarla el día de hoy. Mis hermanas se acaban de ir de fiesta con sus amigos, y realmente no me apetecía quedarme sola durante ésta noche.

¿Por qué no voy con ellas y ya?

A papá no le agradaba la idea de que a mi edad saliera a discotecas, y la verdad no me importaba. A diferencia de mis hermanas, no me tienta mucho eso de embriagarme o bailar en medio de un montón de desconocidos hasta altas horas de la noche.

Lo sé, puede que sea algo extraño y ambiguo. Pero así soy, y así me agrada que sean las cosas.

Pensé en decirle a papá para ver alguna película. Pero lleva horas encerrado en su despacho revisando algunos documentos referentes a su trabajo, y lo último que quiero es molestarlo o interrumpirlo.

Decido marcar el número de Luce, para responder a su mensaje. Y al tercer timbre atiende esbozando un sonoro alarido sobre el auricular. Dejándome aturdida por décimas de segundos.

—¡Al fin apareces! —suspira y a lo lejos escucho perfectamente como se echa sobre su cama— .¿Qué demonios hacías?—cuestiona algo enojada, mientras busco el cargador de mi teléfono por los rincones de mi alcoba.

—¡Deja de decir groserías! —regaño por milésima ves desde que la conozco, y ella chasquea la lengua fastidiada —.Estaba estudiando para el examen que tenemos en parejas el lunes con la profesora Stone —comento mientras enchufo mi teléfono móvil a la toma de corriente— .Supongo que lo recuerdas...

LOS CLARCK (I)✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora