Capítulo 47: Fantasías.

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Nota: Primero que todo, les recomiendo estar cómodos y relajados al leer el siguiente capítulo🥰🤭 (De mis favoritos). Y segundo, prohibido no dejar su voto y comentario dándome su sincera opinión. Ahora sí, disfruten de la lectura.

POV SAM:

—¿Labial?— Repasa la pelinegra.

—Listo.—Informo.

—¿Efectivo?—

—En la cartera—Palmeo el accesorio Louis Vuitton que complementaba mi outfit. 

—¿Gas pimienta? ¿Condones por si acaso?—

—Eso nunca puede faltar—Le guiño el ojo, ya listas y ansiosas por disfrutar de ésta estupenda noche.

Danna y yo habíamos decidido salir y tener una noche de amigas. Ya había pasado un buen tiempo de que no lo hacíamos, y justo ahora era bastante necesario. La noche de hoy asistiríamos a la nueva discoteca, las ganas de bailar y conocer a un par de galanes nos dominaban, por lo tanto, Neón era el lugar ideal.

La pelinegra con rostro de ángel había decidido utilizar un precioso vestido color nude. Ajustado y de tirantes. En cambio yo, había escogido uno de cuerina negro realmente espectacular, de escote redondo y el cual me llegaba hasta la mitad de los muslos. Los tacones negros de aguja me hacían lucir mucho más alta de lo que ya de por sí era, haciéndome sentir con mucho vigor y bastante poderío.

—El taxi ya ha llegado—Asiento mientras medio organizamos todo, al tiempo en que cojo el par de antifaces que utilizaríamos en la fiesta temática de hoy. Saliendo minutos después de la elegante y ahora vacía morada de mi mejor amiga.

Últimamente ella no lo estaba pasando muy bien, por lo tanto, me había propuesto sacarle una verdadera sonrisa, haciéndole olvidar aquello que tanto me la tenía tan mal.

—A Neón, por favor.— Le informo al conductor, justo cuando nos adentrábamos al vehículo. En el camino me llegué a retocar el labial mate de color rojo unas tres veces. Estaba nerviosa, no sabía muy bien por qué, pero cierta sensación no me abandonaba, y más cuando estábamos cada vez más cerca de nuestro destino.

—Muchas gracias...—Mi amiga le paga la carrera al taxista. Retirándonos después del automóvil.

Las diez de la noche era la hora que marcaba el pequeño reloj en mi muñeca, quedando Dan y yo de lado a lado frente al inmenso local. Como ya era de esperarse no podían faltar el montón de niños ricos ingresando al club, la buena música escuchándose desde afuera y los babosos degenerados que salivaban justo cuando cruzábamos las puertas al pagar nuestra respectiva entrada.

Eric nos había prestado su pase VIP, por lo tanto, teníamos acceso directo sin tener que esperar en la infinita cola.

Do I Wanna Know? de Arctic Monkeys era lo primero que se escuchaba dentro el antro, causando un agradable y excelente ambiente. Las personas danzaban debajo de las luces, con el rostro semi-cubierto con sus correspondientes antifaces.

Dan y yo procedemos a colocarnos los nuestros, siendo el suyo dorado y el mío negro. Sonrientes y exaltadas nos acercamos a la barra, pidiendo educadamente al chico que atendía un par de mimosas para motivarnos un poquito.

—Demonios, hoy hay mucho potencial...—Me farfulla al oído mi acompañante, dándole un pequeño sorbo a su bebida cuando se trasladaban frente a nosotros un par de hombres deliciosos de piel caribeña y cabello oscuro.

—¿Bailamos?—Enarco una ceja divertida.

—Por supuesto que sí, hermana.—Tras terminar con nuestras bebidas nos colocamos de pié. Adentrándonos en la enorme pista de baile abarrotada por adultos jóvenes y adolescentes en su mayoría. 

LOS CLARCK (I)✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora