Capítulo 75: El secreto.

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POV SKY:

11 años de edad...

¡Los chicos son todos unos estúpidos!.

Es decir...

¿Llenarme el cabello de tierra?.

Estúpido Sean y su infantil actitud.

Harta ya de sus bromas pesadas y su tosco comportamiento, me dirijo a toda marcha hacia mi cabaña asignada. La cual comparto con mis amigas: Laura, Bea y Katherine.

Una semana había transcurrido desde que llegué al campamento y algo me decía que éste año no sería uno de mis favoritos.

Y por lo que veo no me equivocaba.

Sin contar que mi fortuna no es la mejor de todas, no he hecho más que discutir con los tontos chicos de aquí y a como sigan así o les regresaba la broma o los entregaba con la recreadora para que me dejaran de una vez por todas en paz.

—Pesados...—Susurro. Toda sucia y rabiosa.

Con los puños apretados, sudada y el cabello rojo rozando mis hombros, continúo caminando por la pradera, andando junto al lago y en camino a las cabañas.

Ya no me falta mucho para llegar y poder despotricar en contra de todos junto con las chicas.

Nada mejor que desahogarse con aquellas personas que sí te entienden y están de tu bando. 

Minutos después continúo marchando, y justo cuando sólo me falta doblar hacia la derecha para llegar a mi objetivo, el estruendo de un cuerpo chocando contra el mío me hace trastabillar hacia atrás de manera vergonzosa, cayendo de paso de trasero sobre el suelo lleno de tierra y barro.

¡Genial!.

—Esto no me puede estar pasando a mí...—Mascullo harta de todo y con un intenso dolor en el coxis.

Y a todas estas...

¿Quién ha sido el grosero que me acaba de atropellar como un estúpido camión?.

—¿Te encuentras bien?—La voz de un chico llega a mis oídos, y ya cuando alzo la mirada para observar al culpable de mi cuerpo adolorido quedo estupefacta en el suelo tras mirar aquel rostro tan atractivo y encantador.

¡Vaya!.

Pero que muchacho más hermoso...

Ahora tontamente nerviosa me enderezo de inmediato, poniéndome de pie y arreglándome el cabello hacia atrás con orgullo.

No me puedo permitir que se de cuenta de que me ha afectado momentáneamente.

Es decir...

¡Es otro mocoso más!.

—Ten cuidado por donde caminas.—Lo regaño. A fin de cuentas es un niño y por muy apuesto que sea se nota que es un descuidado.

<<Un descuidado con bonitas iris...>>

A pesar de ser cubiertas por un par de anteojos.

—No fué a posta, maleducada.—Gira los ojos, cruzándose de brazos—Además, eras tú la que venía corriendo sin precaución alguna—Esta vez sonríe presumidamente, y al mismo tiempo en que pienso en lo guay que su cabello castaño se enrolla un poco en las puntas, me doy cuenta de su tono de voz grosero y despreocupado.

LOS CLARCK (I)✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora