ENFERMO +21

Hage Diederich XVII

Hage estaba disfrutando de estar con su ninfa, había tomado medidas como todas la veces anteriores. Sobornando al mayordomo para hacer que los sirvientes de la casa desaparecieran de cierta hora a cierta hora, había diluido una aspirina en el café de su abuela para que esta callera dormida, Fiona no era problema y Dione estaba atareada con trabajo de su empresa. Todo listo había estado y él se tuvo que preparar para estar con Rossetta.

Cuando la vio con las fotos de su madre muerta, había estallado en cólera, por un momento se enceguecio y cuando recapacito tenía a la bella pelirroja en el piso intentando soltarse de amarre fuerte y brusco que ejercía sobre la muñeca de esta. Vio en sus ojos miedo y terror y sintió desesperación por alejarla, no queria acudir a medidas como en el pasado, debía de mantenerla con él a voluntad.

Tenía que pensar bien y portarse aparentemente bien, se había tenido que aguantar de meterle la amoladora por el culo al amigo de Mikayla. El tipo había estado tocando lo que era suyo, había violentado a su hermosa ninfa en frente de él y eso no lo soportaba. Solo podía desearla él, tocarla él, besarla él. Tenerla sólo él.

Acariciaba a Rossetta mientras pensaba que de toda su actuación había algo cierto, le estaba haciendo el amor aún cuando él no podía amar. Eso tenía que ser algo nuevo, no lo había pensado simplemente le salió.

La sostuvo contra él hasta que empezó a anochecer y eso indicaba que los efectos de la pastilla de su abuela ya pasaban y por consiguiente los empleados debían volver para que su abuela Verónica no se enterara que habían dejado la casa sola.

Se despegó de Rossetta y le dio un suave beso en los labios para después vestirse y cubrirla con una sabana.

Salió del cuarto de su prima y empezó a caminar para bajar las escaleras, había un pequeño detalle que quería arreglar.

Heltia tenía el estrés por los cielos, pero sabía que beber no era la solución, debía tranquilizarse porque tenía una sesión de fotos de D&G al día siguiente con un modelo nuevo del que muchos hablaban.

— Muy bien señorita, hemos despejado el piso entero para que pueda bañarse a gusto y tenemos como seguridad solamente a mujeres para que se sienta cómoda — explicaba la dama del hotel mientras Heltia asentia y daba las gracais

La rubia espero que la dama del hotel se fuera y se deshizo de su albornoz de seda y encaje negro mostrando su desnudez.

Lo cierto es que todas las Kingston de nacimiento eran bellas y hermosas, solo que de maneras diferentes. Sin embargo para algunos cercanos a la familia como Mabel y Sergey, Heltia estaba en segundo lugar y en primero Rossetta.  Había que recalcar que Rossetta era una belleza que hacía levantar miradas por donde pasaba, tenía una sensualidad natural que llamaba la atención, la pelirroja mayor provocaba pasiones e instintos bajos por donde pasara. Heltia por otro lado, era la chica que te quedas viendo como si fuera un ángel en la tierra, con cara linda y hermosa y cuerpo sensual. Una era ninfa hecha para hacer pecar y la otra representaba la belleza de las diosas y la pureza incitado de su linaje.

Poco a poco se fue internado en el jacuzzi del hotel sin nada que la cubriera, se sentía libre y la desestrezaba, solía hacerlo con su abuela, pero no se encontraba allí  y lo necesitaba.

Se recostó y miró hacia el cielo admirando las estrellas.

Un hombre de tez morena estaba de pie con el torso descubierto y shorts de baño se encontraba anonadado por la nieta mayor de Verónica Kingston.

Pensó que si había muerto, este en verdad era el paraíso. No pudo evitar recorrer su desnudez cuando se levantó para tomar una copa de champagne. El agua se deslizaba por su fina nariz acariciando lus carnosos y rosados labios y caer de su barbilla hasta sus senos medianos y redondos. Su sexo ¡oh por los cielo! Su sexo era tan liso y húmedo por el agua que lo hizo querer aullar su pudiera.

Esa chica era un ángel hecho para hacer pensar en barbaridades. La había visto en el antro, pero la perdió de vista cuando su amigo lo habló.

Se retiro antes de que Heltia se diera cuenta de su presencia.

En definitiva ese hombre se haría más de una paja en nombre y memoria de la rubia.

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Ya no me pude aguantar jajaj, perdonen las faltas. Nos vemos luego.

Besos