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Chan, chan, chan. Espero me hayan extrañado.

Aquí les dejo un capítulo nuevo, espero lo disfruten y demás, ahora a leer.

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Narrador

Noveno contacto con el infierno.

Las náuseas se apoderaron de Rhosslyn mientras intentaba limpiarse, había sido en particular suave a comparación de las otras veces, así que no había sangrado mucho como la primera vez.

Lo detestaba, cada ocasión la detestaba más que la anterior. Odiaba verlo en las comidas y hacer como si nada pasaba cuando en las noches la obligaba a subir al ático y la violaba constantemente hasta que ella se vomitaba o se desmayaba del dolor. En cada una de esas veces Helge había estado grabando.

Eran vacaciones y él había regresado diez veces a su casa con la excusa de que se había peleado con su esposa, cuando lo cierto era que solo había regresado para lastimarla.

Sin embargo pese a que terminaba asqueada, ese día y los anteriores había estado sintiéndose extraña, rara. Un pensamiento cruzó por su cabeza.

Y si...¿Y si estaba embarazada?

La idea la aterro hasta el punto de volver a vaciar su estómago. No podía ser, no podía estar embarazada de su tío, del monstruo que la lastimaba.

Con las manos temblando se tocó el vientre y las lágrimas empezaron a salir sin control alguno. Tenía que confirmar si era o no cierto.

Rossetta

No puedo continuar leyendo el relato de mamá. No puedo ni siquiera respirar y no es hasta que mi pecho duele que se que estuve conteniendo el aliento y la respiración, que tomó una gran bocanada de aire dándole tregua a mis pulmones.

La visión se me nubla mientras lucho con el intenso dolor y tristeza que me causa saber que es lo que pasó mamá. Estas hojas en mis manos son las páginas faltantes de su diario.

Alzó la vista incrédula de todo y solo visualizo arrepentimiento y pena. Es todo tan vacío e inservible, me miran con culpa y rogando perdón, pero ¿De que servirá el perdón? ¿Que perdón hará que mi madre nunca haya sufrido aquello? ¿Qué perdón me servirá a mi?

Aún tengo fresca en mi memoria la risa de ella, la mirada tierna y llena de gentileza que me dedicaba cada mañana. Esa voz alegre y personalidad paciente. Mi mamá, la persona qué más amo aún sin estar presente, ella, mi tierna y dulce mami. No puedo imaginarme su sonrisa apagada, su llanto quebrado y su cuerpo lastimado.

No comprendo por qué, no se que hacer o decirles a estos dos. Mi mamá vivió lo que siempre temió que yo viva.

— ¿Por que tienen esto?— pregunto con sobreesfuerzo

Su silencio me ahoga al igual que las lágrimas y el llanto luchando por salir.

— ¡Díganme!¿Por qué tienen esto?

Ella solloza y arrugó en mis manos las páginas viejas testigos de las atrocidades cometidas en una vida muy pasada.

— Nuestro padre las tenía en sus cosas, antes de morir nos lo dijo y nos señalo donde encontrar las pruebas.

Me levanto de la silla donde estaba sentada y el cuarto gira tan fuerte que caigo en ella luchando contra mi corazón que se parte a cada segundo.

Tengo tantas preguntas y tan pocas ganas de saberlas por lo crudas que podrían ser sus respuestas.

— Eso quiere decir que durante todos estos años sabían, ustedes lo sabían — me sujeto del reposabrazos de la silla y lanzo una jadeo por la presión en mi garganta —. ¡Sabían lo que su asqueroso padre le hizo a mi mamá! ¡La violó! ¡Ese cerdo la violó!

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⏰ Última actualización: Mar 10 ⏰

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