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Holas bolas. Aquí les dejo otro capítulo de Enfermo y les pido disculpas por la tardanza.

Agradezco su paciencia y les pido como siempre que lean con la canción del multimedia. Dato: escuchando esa canción me inspire en escribir Enfermo, surgió la historia.
Ahora si, a leer.
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Hage y yo estamos ebrios en mi departamento, no sé de dónde sacó las llaves, pero él abrió y el alcohol en nuestro sistema no permite que le tome importancia.

Terminamos de tener sexo en ese privado y tomamos nuestras cosas, al parecer Fiona dijo que nos cubriría y Dione y Mika tendrán sexo y estarán ebrias y no se acordarán de nada.

Me río al ver como trata de quitarse la camisa con dificultad y me arrimo a una pared para buscar el interruptor, pero hay varias palancas en la pared y por accidente toco una que pone las luces de color rosa fosforescente.

El apartamento tiene muebles y tiene ventanas enormes como el hotel, no hay pared, todo es cristal y se mira la ciudad desde otro ángulo. Todo es tan perfecto, todo siempre es perfecto cuando estoy con él.

Lo miro y no tiene la camisa puesta mientras se quita los zapatos y empieza a bajar sus boxers.

Mi respiración se traba y el anhelo de ser tocada, de ser destruida y reconstruida por él me consume. Solo mirar como me mira, como su mirada de fuego azul quema hasta el último rincón de mi me hace querer ser todo y nada.

Nunca, jamás, ni después de todos mis años olvidaré lo que me hace sentir. Quiero creer que en otras vidas estuvimos juntos, de diferentes maneras y está vida fue la más difícil por ponernos en esta situación.

Me quito la ropa de nuevo y me deshago de mis zapatos, en menos de tres segundos ya estoy desnuda y ansiando su toque.

Nunca me cansaré de mirar a este hombre,en como emana oscuridad, una oscuridad que te invita a fundirte con ella. Camina hasta mi y toca mis clavículas.

— Eres perfecta... — sopla mis labios y su aliento con olor a tabaco inunda mis sentidos. — Me haces enloquecer, me haces querer desaparecer contigo donde nadie nos moleste, donde el único sonido que podamos escuchar sea el de tu cuerpo chocando contra el mio.

Jadeo y saco la lengua para pasarla por su labios, el la toma y la chupa haciendo que baje una de mi manos para tocar mi vaina que esta húmeda a más no poder.

Suelta mi lengua y agarra mi mano antes de que pueda hacer algo para llevarsela a la boca.

— Me encanta como sabes — dice y lamea mis dedos con una lentitud que me hace jadear necesitada. — Mmm, estas chorreando por mi — dice con una sonrisa landina y solo muerdo mi labio inferior.

— Si.

Me toma de la mano y me lleva a la barra de la cocina, me ayuda a subir y me hace recostar la espalda. Encojo mis rodillas y  me abro para que vea lo que provoca en mi.

Mi cuerpo esta temblando por completo. Estar abierta completamente me hace arder de una forma exquisita, es verdad estoy chorreando por él, mis muslos están pegajosos por mis fluidos y mi clitoris ruega por atención.

— Me encanta tu coño húmedo, me encanta pasar mi lengua por tus labios jugosos y adentrarme a palpar esa cueva que no deja de derramar fluidos — susurra cerca de mi vagina que llora por que la toque, llora porque la pruebe y me haga llegar al orgasmo.

Me agarro bien de la barra y hecho la cabeza atrás soltando un gemido al sentir como respira y exhala cerca de mí centro, su aliento frío me calienta y ya quiero que esta tortura termine

ENFERMO +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora