Hage Diederich XIX

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El olor a alcohol, hierro, gel antibacterial y a plástico era normal. La sensación de frío era característica de un hospital, incómodo para muchos pero no para Cora Price. No tenía muchos años trabajando como psiquiatra, pero ser una de las mejores en su clase le había dado la oportunidad de trabajar en Groove. Había atendido casos familiares y a personas con depresión, pero Fiona Diederich era su gran caso.

Cora odiaba llevar zapatillas en el trabajo, odiaba las faldas, pero ese día debía llevar aquello para ir a una reunión con algunos amigos de preparatoria. Mientras bajaba las escaleras de la entrada para ir por su coche su teléfono celular sonó.

-¿Hola?

- Cora no se te olvide traer los panecillos que le encantan a Ivy - dijeron por el otro lado de la llamada.

- No, pasaré por ellos, estoy saliendo de hospital apenas, tranquilizate Ejipto.

- Oh, pasa por unas galletas de nuez a Cerezo's. Tenía que traer para Alexis unas pero recientemente a pesar de ser mi hermano me dna ganas de cortarle los brazos. Digo somos hermanos pero aveces me frustra...

Cora se quedó estática y una alarma sonó en su cabeza. Miró su relog y tenía tiempo.

- Si, yo llevo eso...te tengo que colgar.- la chica de morena guardo su celular en su maletin y son prisa se devolvió.

Se quito las zapatillas y corrió hasta el ascenso sin importarle si la veían como una loca por los pacientes o doctores. Y mientras los números de los pisos pasaban en su cabeza repasaba todo sobre Fiona Diederich.

» TAB, ataques de pánico, ataques de ansiedad, fobias, autolesion para recordar... Algo me falta«

Cora maquina a cada cosa cada posibilidad. Había algo que no encajaba y que desde antes su instinto sabía.

» Otro tipo de agresión aparte del que se provoca... ¿Acaso....? «

El ascensor dio en su piso y salió disparada para ir a un consultorio que no era el suyo. Sabía que qué salía a cierta hora que estaba ya por dar, pero tenía la sensación de que aún se encontraba en su consultorio.

Toco la puerta pero nadie abrió, toco de nuevo y solo silencio.

- Ohh ¿Doctora Price? - la mujer con canas y traje de intendente le preguntó. - Si busca a la doctora Holly, se fue hace unos minutos.

Cora suspiro pesadamente.

- Gracias. Tenga buena noche.

Con molestia se coloco las zapatilla y camino a una ascensor cercano y dentro de uno se miró al espejo de este, tenía el cabello algo alborotado y sudor en la frente, su camisa estaba por salir de su falda de tubo y su labian casi inexistente por chuparse el labio como tick de nervios o concentración.

No había encontrado a la doctora Holly y encima se había desarreglado en minutos el look que tanto trabajo le costó mantener intacto para la reunión.

Se encaminó de nuevo a bajas las escaleras por su auto hasta que la vio y está vez con todo y zapatos corrió hasta la mujer mayor.

- ¡Espere! - grito Cora haciendo que la mujer con arrugas no se metiera a su respectivo coche.

- Doctora Price, que susto - dijo la mujer mayor con la mano en el pecho y los ojos abiertos como platos - ¿Se le ofrece algo?

- Si...quetia preguntarle por un caso que lleva.

- Claro, cuestione, yo estoy para dar consejos - pronuncio sonriente la doctora Holly.

- Cómo sabrá, yo llevo el caso de Fiona Diederich y me han surgido una que otra traba para su progreso así que he tenido una suposición y quería saber sobre su hermano - Cora se aclaró la garganta - Sé que usted lleva en caso de su hermano y quería que me dijera algo sobre su diagnóstico...

- Eso no sería ético de mi parte. - pronunció negando la mujer mayor.

- Si yo se, pero creo que le hace daño a su hermana y es algo que ella no me dirá por, no se, tal vez temor a él.

- Pues no suponga eso, es obvio que él tiene problemas, pero yo lo estoy manejando a la perfección.

- ¿Segura? Porque siento que él le está haciendo algo a Fiona...

- Yo soy la que lo trata - pronunció a la defensiva - no te metas en eso, es mi caso, estoy segura de mis capacidades. Él está bien.

- Doctora Holly, con respeto pero creo que esta equivocada, preisneto que esta dejando pasar algo. Tal vez...

- Basta niña, no porque seas joven y lista tienes el derecho de poner el juicio mis métodos, soy mayor y tengo más experiencia. No me menosprecies porque no sabes hacer un diagnostico.

Cora aguanto las ganas de estrellar le un puñetazo en su rostro decrepito.
La doctora Holly se subió a su auto y lo encendió para irse.

- Esto nos es por sus capacidades, no se trata de eso, se trata de la vida de una persona.

La doctora Holly salió y no la escucho.

Cora maldijo una y otra vez. Debía hacer hablar a Fiona Diederich, porque algo en definitiva no encajaba.

«No tardes, tenemos hambre de panecillos»

Leyó el mensaje y suspiro, dejaría el tema por ahora, solo por hoy.

ENFERMO +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora