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Bueno ya regrese despues de dos meses de vacaciones y trabajo, de salud y enfermedad.

Les dejo este capítulo corto y sin avisar, espero le den amor. Hoy no hay canción asi que una disculpa por eso. Ahora lean.

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Miro mis manos y la alfombra del pasillo. Me siento lúcida, es como si todo esté tiempo hubiera estado bajo un sueño uno que ahora veo que es una pesadilla.

Lo sabía, dentro de mí siempre supe quien era yo y quien era él, que yo Rossetta Fiorovic era prima de Hage Diederich. Lo acepte, acepte la idea de que estaba mal y pensé que no me importaria, que nada me haría sentir culpable o desear terminarlo.

Pero no me voy a engañar diciendo que mientras estaba en sus brazos, escuchando sus palabras hermosas, su suave piel contra la mía y el aroma exquisito que emitía, no me engañaba. En todos esos momentos el no era mi primo Hage, simplemente era Hage, y me engañe profundamente.

Hipócritamente me dije que sabía que estaba mal y que lo aceptaba, pero estando con él omitía y negaba el hecho de que eramos familia. Lo hacía porque mi cerebro sabía que no podría con tal hecho veraz.

Me llevo las mano a la boca del estómago y cierro los ojos al sentir náuseas. Estoy teniendo un ataque de pánico como la primera vez que me acosté con Hage. Me pongo de pie para ir a ver a mis primos después de todo esto.

Hage corta cualquier intento de que siga mi camino cuando aparece en el pasillo.

— Ya lo arregle, no dirá nada. — Sonríe haciéndome sentir mucho más miserable.

Me intenta acariciar el rostro, pero no se lo permito, su toque ahora me provoca incomodidad.

— Esto no debería estar pasando — lo miro a los ojos valientemente y me rompe ver tristeza en ellos.

— No volverá a pasar, seremos más cuidadosos — toma mi mano —. Se que estas abrumada, pero no olvides que nos amamos, que te amo y tú a mi. Que te pertenezco y tú a mi.

— Me engañe pensando que podría y mira ahora Hage, no puedo con el hecho de que una persona en esta familia lo sepa y me aborrezca — porque a pesar de mi resentimiento a ellos mi corazón los reconoce como una parte de él.

— No puedo dejar que nos hagas esto... Si lo quieres meditar adelante, pero no puedo dejar que nos hagas esto — aprieta mi muñeca con fuerza y me suelto.

— No hay...

Un grito nos alerta y no termino de decirle lo que estaba por soltar, tampoco lo espero y me encaminó para ir hasta donde provino el grito. Bajo las escaleras y Dione esta en el suelo agarrándose el tobillo mientras sangra y mancha el suelo con su sangre, Fiona esta recogiendo los vidrios del jarrón para que Dione no se lastime más.

— ¿Qué sucedió? — pregunto preocupada.

— Me caí, tropecé con la mesa y caí sobre ella y el jarrón, me lastime — Dione aprieta los dientes y no me mira pese a que me contesta.

Pasos suenan y mi rostro gira en dirección a ellos. Heltia y el tío Marlon suben de prisa y detrás de ellos la abuela y la tía Trina.

— ¡Oh por lo cielos! — chilla la tía Trina.

— Linda... — susurra la abuela acercandose a Dione.

El tío Marlon llama al mayordomo para que vaya por el médico al pueblo más pronto posible.

— Este evento si que ha sido inesperado, creo que tu sorpresa tendrá que esperar Ro — menciona Heltia mientras se inclina a sostener la mano de su hermana.

ENFERMO +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora