19 ❙ Pausa

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Cambias de opinión como una chica cambia de ropa


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El viento que se filtra por la ventana agita mi cabello. Es muy frío y me recuerda a los crudos inviernos viviendo en el bosque, cuando cazar era muy difícil y nos inundaba el miedo a quedar atrapados bajo la nieve.

Un invierno, cuando ya me dejaban salir a cazar sola, me interné en el bosque sin avisarle a nadie. Ese día Sasha estaba triste, hace tiempo no probabamos un bocado de carne y nuestro padre la había regañado, así que mientras nuestros padres hablaban en su habitación, tomé mi arco y algunas flechas y huí por mi ventana.

Quería volver a casa victoriosa, con el animal más grande que hubiéramos visto en nuestras vidas, quería que Sasha saliera de debajo de sus mantas y sus ojos se volvieran a iluminar.

Recuerdo haber pasado horas en la nieve, perdida y sin poder dejar de llorar. La noche había llegado y yo seguía ahí, ¿no me buscarían por haber ido en secreto o no se habían percatado de mi ausencia? ¿Los Blouse me dejarían como lo hizo Grisha? En mis recuerdos aun veo el cielo estrellado, la luna brillando sobre mí, y el frío alcanzado cada parte de mi cuerpo provocando temblores incontrolables.

Pero incluso cuando estuve en brazos de mi padre adoptivo volviendo a casa, seguía sintiendo que estaba atrapada en la nieve.

Sentía tanto frío y dolor, pero al mismo tiempo me sentía bien, fue después de eso que entendí que el frío me ayudaba con mis emociones, las apagaba y eso me gustaba.

-No la cierres-le pido a Mike cuando amaga con cerrar la ventana.

-Te enfermarás-advierte inseguro.

-No, no lo haré.

La expedición fue un rotundo fracaso, no solo no llegamos al objetivo planteado, la cantidad de muertos superó a todas las expediciones anteriores, eso sin contar todos los sobrevivientes que desean abandonar la Legión.

Pasé unos pocos días en la enfermería por órdenes de Hange-san, quería estar segura de que no tenía heridas de gravedad, pero terminó comprendiendo que solo me hallaba herida por dentro y que necesitaba tiempo a solas.

Sobre todo ahora que la imagen de la cabeza de Nate no desaparecía de mis sueños.

Nunca había tenido la necesidad de estar sola completamente, siempre me dió miedo quedarme sola, posiblemente era un trauma generado por el abandono de Grisha en conjunto con mi miedo a la oscuridad. Pero por primera vez sentí que necesitaba aislarme, concentrarme en mis pensamientos y recuperarme antes de retomar mi vida cotidiana.

Y luego de ese tiempo en el que puede aclarar mi mente, y convertir esa expedición en un mal recuerdo del pasado que no debía influir en mi presente, ayude a Erwin a despedir a su escuadrón del cual sólo habíamos sobrevivido Jordan y yo, pero este decidió abandonar la milicia y dedicarse a su familia. No éramos el único escuadrón que había perdido compañeros, pero eso para nada era un consuelo.

Black Tea │Levi AckermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora