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-¿Todo listo?-pregunta Darius Zackly.
-Partiremos de inmediato-afirma Erwin.
Los mayores puestos dentro de la policía militar y las tropas de guarnición nos miran como si fuera la última vez, y tal vez lo sea.
Nos preparamos para subir a la muralla, ya que la salida de la muralla Rose fue bloqueada por Eren hace tiempo, la única forma de atraversala en esta ocasión es subiendo los caballos inclusive, y luego bajar del otro lado.
Le entregó a Levi mi caballo y me acerco a Pixis, que me ha llamado desde lejos.
-Supongo que Erwin te lo dijo.
-Sí regreso, iré a verlo.
-No niña, no existe un tal vez, debes regresar-acentúa-, o estarás defraudando a tu comandante.
-¿Siempre es tan simpático o es que no tomó una gota de alcohol?
-Cuidate mocosa-dice dando palmadas en mi cabeza como si fuera un perro-, y no tardes en venir a verme.
-Parece muy seguro de que Erwin no volverá.
Pixis me mira de reojo, con un brillo de reconocimiento.
-¿Acaso no piensas igual? Por algo dices que vendrás a verme, ambos sabemos como terminará esto, lo veo en tus ojos, Jaeger, ya estás preparada para ese momento...Si no, no estarías como ahora.
-¿Y cómo estoy?
-Vacía y destruida, como un muerto viviente actuando por inercia. Cuando vuelvas deberíamos volver a celebrar tu boda, no pudimos abrir ese vino que lleve, aunque si no es de su agrado pueden devolvermelo, nada se debe desperdicia.
Pixis se marcha y hago una mueca antes de caminar hacia Hange-san y Levi.
-¡Subanlos!
Desde el ascensor provisorio que hemos instalado para subir a los caballos vemos a los ciudadanos amontonarse y vernos partir, seguramente piensan en cuantos volveremos o si es que alguno lo hará. Estamos por más de la mitad de la muralla cuando empezamos a oír gritos, instintivamente miramos hacia abajo.
-¿Flegel?-murmura Hange-san.
-¡Recuperen la muralla María! ¡El futuro de la humanidad está en sus manos!
-¡Capitán Levi! ¡Gracias por salvar esta ciudad, regresen a salvo!
-¡No olviden traer nuestras tierras de regreso!
Nos paramos junto a Erwin en la cima de la muralla, Levi mira sin expresión a los ciudadanos.
-Que reconfortante-murmura.
-Bueno, supongo que es lo que ellos esperan después de que hicimos todo ese escándalo-asiente Hange-san.
-Ordenamos toda la carne de ayer a la compañía Reeves.
