¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Año 854
El ruido de las bombas me confunde, me hace sentirme perdida y me entorpece. Esto no tiene comparación con los titanes, y no sabría decir en cual situación me sentía más aterrada.
La pregunta clave sería, ¿cómo termine aquí?
Y podría dar muchas respuestas.
Pude haber huído.
Pude haberme dejado llevar por la psicología de Zeke Jaeger.
Pude haberlo decidido yo misma.
Pero hace dos años, abandoné la isla Paradis por pedido de mi hermano, Eren Jaeger, según él, había algo que debía cumplir aquí. Con ayuda de Zeke y su cargo como jefe de guerra pude ingresar a Marley, por mi gran desempeño en el pasado y la excusa de haber regresado tras enterarme la verdad de los Eldianos, me aceptaron en sus filas como doctora.
Tampoco es que tuvieran opción, ya llevaban dos años en guerra y una ayuda extra no la podrían desperdiciar. De inmediato se armó un plan "secreto" para sacarme de la isla, aunque todo mi entorno sabía lo que estaba haciendo nadie me detuvo. Me "rescataron" y me enviaron directo al campo de batalla.
Creo que mi vida nunca había sido tan emocionante, valga el sarcasmo.
-¡Astrid, trae las vendas!-grita Colt desde el otro lado del refugio, en su espalda carga a Falco, su hermano menor.
-Salgan del medio-pido a Gabi y Zofia, ambas se apartan y yo comienzo a vendar la cabeza de Falco-. ¿Te sientes bien? Que pregunta estúpida, lo siento, ¿sientes un dolor en específico?
-¡Es imposible cavar más lejos, necesitamos detenernos!-dice Colt con seguridad en su reporte.
-¿Imposible? ¿Esa es una orden muchachito?-Magath lo fulmina con la mirada-¿Un eldiano dándome órdenes?
-Pero señor, a este ritmo...
-Señor-intervengo-, el soldado Grice solo está paralizado por su hermano, ya sabe que es un sensible ridículo, le pido que no lo tome muy enserio, creo que tiene una contusión.
Colt chasquea la lengua y me mira mal.
-Con el poder de nuestros soldados de infantería, no podemos destruir las vías del tren detrás de esas ametralladoras, la trinchera del enemigo está bien protegida, no hay una sola brecha que podamos aprovechar...Además habrán disparos desde la fortaleza para apoyarlos, a este ritmo, aún si nos quedamos aquí seremos aniquilados por el fuego de la artillería tarde o temprano.
-¿Alguien tiene otra idea en mente?-cuestiona Magath.
¿Irnos a casa, tal vez? Ni siquiera es mi nación y estoy aquí durmiendo al aire libre y esperando que no me explote una bomba junto a mí.
