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-¿Por qué Armin nunca huye?-grita entre sollozos Eren mientras se aferra a mi chaqueta, frente a nosotros está el cuerpo quemado de Armin, no podemos darlo por muerto pero las probabilidades de que esté vivo son casi nulas.
-Porque es un héroe, Eren, y de los peores-acaricia su cabello-, es el héroe que nunca te falla, que está dispuesto a todo menos a dar una batalla por perdida, Armin es nuestro sol, Eren, siempre lo será.
Ambos volteamos asustados cuando oímos algo moverse detrás nuestro.
-¿Un titán?-exclama Eren.
Es un titán que se mueve en sus cuatro patas, tiene un rostro alargado y lleva varias cajas sobre su espalda, además de ¿una persona?
-¡Eren, atrás!-grito cuando el titán salta al mismo tejado en el que estamos.
-¡No te acerques!-grita Eren tomando a Bertolt y colocando su cuchilla en el cuello del mismo-O le rebanó la garganta y no podrás tenerlo devuelta.
¿Es el titan bestia?
-¿Tú eres Eren Jaeger?
-Que te importa, barbudo-digo poniéndome frente a Eren, el hombre parece percatarse por primera vez de mi presencia, pero en lugar de disponerse a atacar, sus ojos se llenan de lágrimas, ¿que mierda le pasa?-Tocas a mi hermano y tu última preocupación será regenerarte a tiempo.
-Astrid...No te pareces a mamá, y Eren no te pareces en nada a tu padre.
-¿Quién carajos eres?-cuestiono.
-Confiá en mí, Astrid, en tu hermano.
-¿Qué?-decimos Eren y yo.
-Por favor, crean en mí, estamos del mismo lado, los tres somos víctimas de su padre, a Astrid le arrebató su vida, y a tí Eren, él te lavó el cerebro.
-¿Zeke?-pronuncio con dificultad, sus ojos brillan en reconocimiento, pero esto es cambiado por un profundo terror.
-Maldito monstruo-gruñe mirando detrás nuestro, volteo y Levi está sobre la muralla, más muerto que vivo, baja a toda velocidad-Lo entiendo, Levi, llamemos esto un empate. Bertolt, lo lamento, esto parece ser tu fin...Astrid, volveré por tí, te salvaré junto a Eren, lo prometo.
-Eres el titán bestia-digo mirándolo fijamente, él gira la cabeza, dispuesto a irse-¡Un empate y una mierda! ¡Eres un jodido asesino!-me lanzo hacia él, el titán carreta no tarda en moverse pero logró rozar mi cuchilla cerca de su ojo.
Me mira con dolor, como si fuera un monstruo.
Pero es él quien es el jodido monstruo.
Lo veo huir, quiero ir tras él pero cuando lo intento sé que me he quedado sin gas, esta vez no puedo enfrentarlo.
