39 ❙ Niños

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Y lo puedo sentir, así es vivir

Cuando vuelvo a ser consciente de mi entorno, estoy casi segura que he muerto, pero si lo hice

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Cuando vuelvo a ser consciente de mi entorno, estoy casi segura que he muerto, pero si lo hice...¿Por qué mierda esos dos gritan tanto?

-Si no se callan les cortó la lengua.

-¡Astrid!-exclama Armin, no he abierto los ojos, pero siento su presencia a mi lado-¡No se muevan, sus heridas aún no han sido tratadas!

-Honestamente, Armin, aunque quisiera no podría moverme-admito.

-¿Dónde está Eren?-pregunta Mikasa exaltada.

-¡Eren fue secuestrado!

Me siento en menos de un segundo dándole un susto a Armin.

-¡N-No te muevas!-insiste.

-Creo que oí mal, ¿Eren fue secuestrado?-pregunto, Armin mira hacia otro lado, y aunque busco su mirada, la esquiva-Contesta, soldado.

-S-si. Ymir también. Cuando el titán colosal cayó al suelo, desapareció, y ustedes fueron golpeadas por la onda de calor que provocó su caída. El titán y el daño que causo nos inmovilizo temporalmente. Fue tan intenso que quienes estaban en la cima de la muralla no pudieron bajar a socorrernos por un tiempo. Era casi imposible ver algo, pero logre ver que Eren cayó después de haber sido derrotado por Reiner.

-Así que Reiner fue el único que soportó el ataque del colosal-digo, Armin asiente-, el grito...El grito fue la llamada para el colosal ¿Cuántas horas han pasado?

-Cinco, al final Bertolt usó el equipo de maniobras del soldado que se comió, y huyó hacia la espalda del acorazado cargando con Ymir.

-¿Quién está persiguiendolos?-cuestiona Mikasa.

-Nadie...

-¿Por qué?-se altera Mikasa, estiro mi brazo con dolor pero logró separarla de Armin.

-Discutir entre nosotros no sirve, Ackerman, además Armin no tiene el poder para decidir esas cosas.

-No podemos traer a los caballos a esta parte del muro...-explica luego de agradecerme con la mirada-. Tenemos que esperar a que lleguen los elevadores para llevar a los caballos y comenzar la persecución. Por ahora, revisa que tan graves son tus heridas. La capitana Hange y otros superiores están tan heridos que no se pueden mover.

Dirijo mi mirada hacia más atrás de Armin y los veo acostados, quiero ir hacia Hange-san, hacia Moblit, pero de por sí estar sentada me está costando más de lo que esperaba.

Armin y Mikasa me miran asustados cuando me doy un golpe en la mejilla.

-¡Astrid, que haces!-grita Armin.

-Listo-digo sacudiendo mi cabeza-. El dolor es simplemente psicológico-aseguro y cuando intento ponerme de pie, me caigo-. O tal vez no.

-Claro que no lo es-me regaña Armin.

Black Tea │Levi AckermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora