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-¡Hemos vuelto con vida! ¡A nuestro amado hogar, Liberio!-grita Gabi.
-Gabi baja tu volumen, rayos-se queja Colt, quien tiene su brazo y parte de su peso sobre Porco, mientras yo llevo su bolso.
-No hubieras bebido-me burlo, Porco asiente.
-Es culpa tuya por tomar tanto cuando sabes que no aguantas.
-¿Quién rayos le dio alcohol a mi hermano?-se queja Falco.
-Parecía que Colt quería tomar así que...-dice Pieck.
-Cielo santo, dejar que el gran don de Pieck se malgaste de esa forma por todo el tren de esa manera increíble...-divaga Zeke.
-Resulta que sí debiamos ir a calmarlos anoche-bufa Magath.
-Vamos, vamos, no te enfades-le digo a Colt que no deja de refregarse la cabeza-, con la pastilla que tomaste se te debe pasar, pero estaría bien si puedes dormir.
Atravesamos las calles de Liberio, nuestra ciudad de nacimiento y donde alguna vez viví, pero desde que pise Marley, solo estuve una breve temporada antes de ser enviada a la guerra.
Entramos a los muros. Aquí no hay titanes como en casa, pero tampoco podemos salir con total libertad. Estamos encarcelados, tal y como papá dijo.
-Vamos-Zeke tira de mi brazo hacia una dirección, me suelto y echó a correr a nuestros abuelos.
-¡He vuelto!-dice Zeke abrazando a la abuela mientras yo abrazo al abuelo, maldito mono, siempre hablando en singular.
-Han cumplido su deber espléndidamente-nos felicita el abuelo-, ahora cuentenme todo lo que han visto.
-Oh As, apenas llegaste y tuviste que irte, ¿estuviste bien? Seguro estás cansada-dice la abuela tirando de mí.
En cuanto regresé, mis abuelos se mostraron felices, nunca dudaron de que sería leal a Marley y a mi hermano. Ellos realmente creían que no estaba corrompida por Grisha.
Y tal vez no lo estaba.
Pero sí que era manipulada abiertamente por otro Jaeger.
A lo lejos veo a la familia Grice gritar por sus hijos, Colt los maldice mientras sostiene su cabeza.
¿Algún día volveré a tener una familia?
-Espero que hayas cuidado de tu hermana, Zeke-dice el abuelo.
-Por supuesto, ¿no es cierto, As?-dice abrazándome por los hombros.
-Ah sí...
Los abuelos voltean a saludar a otra familia.
-Podrías fingir más emoción-me regaña Zeke en un susurro cuando nota que nadie nos presta atención..
-Vuelves de una guerra, ni que volvieras de otro planeta, soy soldado, no hago teatro.
