Si estuviera muriendo de rodillas, tú serías quien me rescataría
Grisha dijo que usará el cuaderno para recordar, y aunque nunca le he hecho caso en mi vida, esta vez le he dado la razón. La memoria es algo pasajero, y nunca podemos estar seguros de que aquel día que recordamos con tanta ilusión o tristeza, haya sucedido realmente así.
Si me preguntaran por el momento más feliz de mi niñez, luego de empezar nuestras vidas en las murallas, diría que fue un día de invierno cuando tenía 6 años, era el año 834. Habían pasado dos años desde que el comandante de la Legión de ese tiempo, Shadis, nos hubiera encontrado. Grisha se había desempeñado como un gran doctor, y ese año había salvado a muchos ciudadanos de la plaga que había azotado a la población, eso solo aumentó su popularidad y también el número de pacientes de las otras dos murallas.
Aquel día era un 25 de Julio, hacía un frío que te helaba las extremidades y solo podía pensar en volver a acurrucarme debajo de las mantas. La noche anterior nos habíamos quedado hasta tarde en el bar en que Carla trabajaba, no lo sabía en ese tiempo, pero Grisha no iba por el ambiente divertido y la comida deliciosa del lugar, sino por la linda camarera que nos atendía.
Estuvimos horas viajando en una carreta en dirección a la muralla Rose, no a la ciudad, sino a los bosques donde ahora solo habitaban pueblos de cazadores que habían prevalecido en el tiempo. Nos detuvimos frente a una casa pequeña y fuimos recibidos por un hombre de casi la misma edad que Grisha, era alto y tenía barba, portaba un sombrero de paja y el brillo de sus ojos era indescriptible.
Fue ese hombre, el señor Blouse, quien pasaría la tarde de ese día conmigo, mientras Grisha asistía a su paciente. Recuerdo haberle preguntado al señor Blouse sobre aquello, normalmente pasabamos mucho tiempo en un mismo lugar cuando el paciente se encontraba grave, pero en su lugar, el señor Blouse me sonrió y negó.
-No, Lisa no está enferma, estamos esperando que llegue lo mejor de nuestras vidas.
No lo entendí, por lo que pasé el resto del día mirando el camino que dirigía hacia la casa de los Blouse, esperando que esa cosa llegara y nos pudiéramos marchar. Grisha no salió en todo el día, y fue el señor Blouse quien se encargó de mi aburrimiento y darme de comer, incluso me llevó a cazar por los alrededores, decía que quería hacer un festín para festejar y animar a su esposa. Le pregunté si no quería estar con ella, lo había visto muchas veces, pero él me dijo que confiaba en los conocimientos de Grisha, y que siendo un cazador, no sería de ayuda.
A la hora de la cena Grisha apareció, el señor Blouse se había marchado a la habitación con dos platos de comida. Fue extraño, ahora no tanto, pero había comenzado a hacerme preguntas.
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Black Tea │Levi Ackerman
Fanfiction-¿Qué significo el té negro de ese día? -Fue una invitación. -¿Para qué? -Para que formes parte de mi vida.