40 ❙ Ciudad Subterránea

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No tenemos un mañana asegurado

Mis ojos pesan, siento mis manos heladas y me cuesta respirar

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Mis ojos pesan, siento mis manos heladas y me cuesta respirar.

Pero me siento en calma.

Hace meses que no he podido descansar correctamente, o porque estamos en una misión, o mis sueños no me dejan en paz o la preocupación no me deja pegar ojo. Y aunque ahora me encuentro sumida en una oscuridad profunda, los ruidos a mi alrededor me recuerdan que es hora de seguir.

¿Qué fue lo último que hice?

Eren fue secuestrada. Nos cayó el titán colosal encima y acabamos heridos. Erwin me impidió ir a la expedición y junto a los demás me obligó a volver a la muralla Rose, pero cuando llegamos fuimos trasladados a un hospital militar de la muralla Sina, mientras que los ciudadanos eran llevados a los restos de la ciudad subterránea tras declararse un estado de emergencia por la posible brecha en la muralla Rose.

Me levanto lentamente hasta sentarme en la cama, y parpadeo varias veces para acostumbrarme a la luz del hospital.

-¡Oi, Astrid! Te ves mejor de lo que esperaba.

Hange-san está sentada sobre su cama con una libreta en mano, parece bastante viva en relación al estado en el que estaba antes.

-¿Cuánto dormí?-pregunto.

-Un par de horas, aún no han regresado-dice ajustándose los lentes-, el enano fue a devolver la escoba, cuando desperté estaba peleando con las enfermeras por la mala limpieza de la habitación.

Escaneo el espacio que en su mayoría es blanco, además de nosotras dos está Moblit ya con su uniforme hablando con una enfermera, y hay varios soldados recuperándose.

-Hange-san, Mike...-inicio, sé que Connie no sabía nada sobre él, pero en el fondo confiaba en que Mike volvería a nosotros, que unos titanes no le ganarían.

-No tuvimos noticias de él...Y ya los presentes confirmaron la muerte de su escuadrón-dice cerrando su libreta-, pero ha muerto con el respeto de todos ellos, se ha lucido hasta el final.

Cierro los ojos con fuerza para evitar las lágrimas y me paso las manos para eliminar las que se han salido.

-Lo sé, pero igual duele.

-Siempre duele, pero aprendes a vivir con ese dolor, As, ese dolor será lo que te haga seguir cada día, será tu poder.

-Preferiría no tener fuerza alguna, pero supongo que hay cosas de las que no podemos escapar.

-La muerte es al azar, As, hoy fue Mike y su escuadrón, antes fue el de Levi, mañana será otro, y así, por eso debemos hacer que valga la pena el resultado final y vivir sin arrepentimientos.

La puerta se abre y entra Levi con su cara de "salgan de mi camino", y tal como lo indica la enfermera sale volando del cuarto.

-¿Te sientes bien?- me pregunta sentándose en la silla que está entre mi cama y la de Hange-san.

Black Tea │Levi AckermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora