03 ❙ Cazador o presa

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Pero aún no han visto lo mejor de mí.


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-¡Es un jodido monstruo!-exclame a Petra en un susurro ahogado mientras esta me ayudaba a levantarme.

Petra me silencio.

-Si te oye nos tirará de una muralla-sollozo mi amiga.

Retiro lo dicho, la altura no puede ser requisito para ser capitán, ¿será el cabello? Shadis se está quedando calvo, seguro lo saquen para entonces.

-Oigan, mocosas, ¿quién dijo que podía sentarse a charlar?

Ambas volteamos lentamente hacia la voz gruesa del capitán Levi. No podía imaginarme cómo se vería sonriendo, parecía que ese gesto no coincidía con su rostro, pero en estos momentos que sus ojos nos analizan como un cazador a un cerdo al que está dispuesto a matar, solo puedo imaginarlo con una sonrisa macabra.

-Blouse, de nuevo-me ordeno, sentí a Petra soltar el aire contenido, maldita traidora.

Éramos varios reclutas los que estábamos esparcidos a su alrededor, más bien muertos. Nos habían asignado al capitán Levi para practicar el combate cuerpo a cuerpo y estar en forma para la expedición, pero era claro que nadie estaba a su nivel. Ninguno era una amenaza para el chico, que a mi parecer, no nos llevaba más de cinco años de diferencia.

Me acerque velozmente al capitán e intente darle una patada que el esquivo como si fuera nada, está bien, los golpes directos no funcionan. Me lancé para atrapar su brazo tras su espalda tal y como él había hecho con Petra en su turno, pero en cuanto lo pude sostener dos segundos, hizo su codo hacia atrás y pronto sentí como mi nariz sangraba.

No tuve tiempo siquiera para pensar o rendirme cuando nuevamente estaba en la tierra con el pie del capitán en mi espalda, ejercía fuerza para que no me levantara, lo que el capitán no sabe es que ahora me tendrán que llevar arrastrando porque no siento mis piernas.

Simplemente si se trataba del capitán Levi, el tiempo no existía.

-¿No venías de un pueblo de cazadores? Creí que tendrías mejor resistencia-dijo sarcástico al soltarme.

-Es diferente-murmure y me sentía una idiota, su mirada estaba clavada en mí.

Bueno, hoy en día muchos jóvenes mueren a temprana edad, no esperaba ese destino, pero es lo que me busque.

Idiota.

-¿Enserio?-dijo mirándome desde arriba con una mueca de asco.

Creo que mi rostro era una mezcla de sangre, tierra y próximamente lágrimas.

Uno junto al otro solo nos llevábamos un par de centímetros, siendo el más alto que yo, y aun así siempre era intimidada, tanto como cuando Erwin o Shadis pasaban a mi lado. Para un cuerpo tan pequeño sí que tiene una presencia grande.

Black Tea │Levi AckermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora