La luz del sol en mi cara estaba comenzando a marearme, además, sentía cada gota de sudor recorrer mi cuerpo con lentitud.
Pero nada me detenía en mi ataque de furia contra ese muñeco de paja en el entrenamiento, no voy a negar que me estaba imaginando la cara de Reiner en él.
Golpeé de manera continua y seguida, empezaba a sentir mis puños doloridos, pero no quería parar.
Mi cabello estaba amarrado en una cola a lo alto de mi cabeza. Llevaba puesto el uniforme del cuerpo de exploración aunque la chaqueta ya me la había quitado hace tiempo y los primero botones de mi camisa estaban desabrochados en un desesperado intento de que algo de fresco recorriera mi cuerpo.
Una mirada sobre mí provocó que me detuviera, sentía su presencia a mis espaldas.
Me giré sobre mi misma y alcé la cabeza para ver al capitán detrás mía.—¿Qué?—Respondí. Sonó más borde de lo que me esperaba, pero igualmente lo que me había dicho el otro día no se me había olvidado.
—¿Qué?¿Así es como saludas a tu capitán?—Rechistó, con cierto tono burlón en sus palabras, mi respiración estaba agitada después del duro entrenamiento que estaba haciendo.
Lo miré de arriba a bajo, analizándolo.
—No te mereces nada más.—Duro. Quizá me pasé. El calor y el cansancio de mi cuerpo estaban hablando por mi.
—¿Aún sigues enfadada por lo de ayer?—Yo me giré dándole la espalda.
—Déjame.
—Te ves como un chihuahua pegando.—Soltó, y yo arrugué la nariz y el ceño ofendida.
—¿Vienes para insultarme?—Pregunté, sé que no se me da bien luchar, pero estaba intentando mejorarlo, después de lo que pasó con Reiner me gustaría saber defenderme mejor.
—Vengo a ayudarte, aunque no lo creas.—Eso me sorprendió. ¿Él haciendo algo bonito por alguien? Menuda novedad.
Yo solo me quedé en silencio y él se colocó en posición de lucha.
—¿Luchar contigo?¿Para qué?¿Para que me des una paliza? No gracias.—Estaba loco si creía que me iba a poner a pelear con él, ¿tan mal le caía para que quisiera pegarme? Además, ya vi como terminó Eren.
—Vamos.—Eso fue lo único que dijo, yo suspiré, pero no me acerqué a él.
—Eres débil. Y pequeña, eso te hace fácil de derrotar.—Habló.
—Eso me da ánimos.—Dije irónicamente.
—Tu única oportunidad es el primer golpe, defenderte no es una opción, no tienes cara de aguantar mucho el dolor. Ataca, tú tienes que atacar primero.—Continuó hablando, mientras tanto, analicé cada rincón de su rostro. Su pelo oscuro caía desordenado por ambos lados de su cara. Lucía tranquilo y pacífico.
—Vete a los puntos débiles. Garganta, barriga. En los hombres puedes recurrir a la entrepierna y en las mujeres al pecho, es sucio pero si no tienes otra opción habrá que recurrir a eso.—No pude evitar sonreír al imaginarme golpeándole en la entrepierna, sería divertido.
Al momento me arrepentí de esos pensamientos agresivos.
—No dejes que te coja, si te coge la otra persona estás perdida. ¿Lo has entendido?—Yo solo asentí.
—Pues adelante.—Dijo. Tragué saliva, ¿como iba a pelear con él?
—No seas duro.—Le advertí, sabía muy bien como hacía él la cosas.
—No te prometo nada.—Una sonrisa malvada apareció en sus labios, pero fue fugaz, ¿estaba disfrutando con esto verdad? Seguro que quería darme una buena paliza.
Con las piernas temblando me acerqué en posición de guardia, con ambos brazos en frente de mi.
Al llegar hasta él, lancé mi puño hacia su garganta como él me había dicho, pero resultó tan débil e inútil el puñetazo que me agarró la muñeca y me giró, dejándome atrapada entre su cuerpo y mi propio brazo.
Toda mi espalda estaba pegada a su pecho, sentí su respiración en mi oreja. Me agité al momento y todo mi cuerpo se puso en alerta, su calidez contra mí me provoca una reacción muy peculiar.
—Perdiste.—Bufé. Y me soltó.
—No ataques de frente. Te deja desprotegida. Y mejor si das patadas, tus puñetazos son lamentables.—Habló, ¿realmente hacía esto para ayudarme o para deprimirme?
Volví al ataque, esta vez en diagonal, me acerqué dando pequeños saltos sobre mi misma e intenté otra técnica. No iba a quedar como una tonta inútil.
Al acercarme hice el amago de un puñetazo pero casi al instante intenté golpearlo pero esta vez con una patada, que iba directa a su barriga. Por un momento pensé que había conseguido despistarlo, pero no, como hizo con mi muñeca, agarró mi pierna en el aire y tiró de mi, haciéndome caer de espaldas al suelo, por suerte no me golpeé la cabeza.
Me quejé nada más caer. Rápidamente él se posicionó encima de mí, con cada rodilla a un lado de mi cuerpo y ambas de mis muñecas fueron atrapadas por sus grandes manos encima de mi cabeza.
Arrugué la nariz.
No me podía mover ni un milímetro.
Estaba cerca, y no pude evitar que mi mejillas se tiñeran color carmín al imaginar la posición en la que estábamos.
Nuestros ojos se conectaron. Literalmente me estaba desnudando con la mirada, me recorría el rostro, los labios, bajaba por mi pecho y cuando llegaba a mi abdomen volvía a subir.
Podía ver como se sentía poderoso al tenerme atrapada debajo de él, sin poder moverme, teniendo él todo el control sobre mi cuerpo y sin poder evitarlo, me imaginé como sería en la cama.
Encontré ese ápice de maldad que encendió todo mi cuerpo, haciendo que un calor me recorriera.
Pero aproveché el momento, su momento de debilidad, porque yo sabía perfectamente sus oscuros pensamientos de ahora mismo, iguales o peores que los míos.
Zafé mi pierna y golpeé su costado izquierda haciendo fuerza sobre él para quedar yo encima. Fue más sencillo de lo que esperaba, y eso me confirmó que estaba increíblemente desconcentrado.
Quedé sentada a horcajadas encima de su abdomen y di las gracias por no haber quedado encima de su entrepierna.
Atrapé con mis manos sus muñecas aunque estaba segura de que si quería se podía zafar, por no lo hizo.—Perdiste.—Sonreí triunfalmente.
Y una sonrisa pícara apareció en sus labios.—¿Sabes que en cualquier momento podría quitarte de encima verdad?—Preguntó mientras alzaba ambas cejas.
—¿Me puedes dejar sentirme poderosa por un momento, por favor?—Dije de broma y una pequeña carcajada salió de sus labios, eso fue como música para mis oídos. Era la primera vez que lo escuchaba reírse, y no sabéis lo hermoso que sonó.
Me quedé observándole en silencio con una sonrisa en mis labios y le solté las muñecas, enderezándome encima de él.
—Aprovecha, muchas mujeres darían lo que fuera por estar en tu lugar.—No pude reírme más.
—¿Ah si? Pues no te he visto yo muy rodeado de mujeres, capitán.
—El que come callado repite.—Volví a reír al escuchar la tontería que acaba de decir mientras sentía su mirada sobre mi rostro.
—Touché.—Finalicé y me levanté de encima de él para dejarlo libre.
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ᴀʟᴍᴀ. [Levi Ackerman]
FanfictionCan I just stay here? Spend the rest of my days here? 'Cause you make me feel like I've been locked out of heaven Basada en Shingeki no Kyojin.