ᴏᴄʜᴏ

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—Chicos.—Hablé, mientras nos desplazábamos con el equipo tridimensional por medio de los grandes árboles como nos había ordenado el capitán.

—Chicos.—Repetí al ver una persona acercarse hacia nosotros, no sé porqué me daba una mala sensación. Todos detuvieron su peculiar conversación y me prestaron atención. Miraron hacia la misteriosa persona que se acercaba hacia nosotros a gran velocidad. Inconscientemente apreté el puñal de la espada.

—¿Es el capitán?—Sabía que no era él, lo había visto en acción antes y no se movía para nada como Levi.

De un momento a otro, cuando ya estaba bastante cerca, cambio de dirección bruscamente y en menos de un segundo estaba cortándole el cuello a Gunther. Yo pegué un grito que estoy segura que lo escucharon hasta en el muro Shina.

La sangre de mi cuerpo se congeló, tuve una rápida reacción en cuanto la ira se apoderó de mi cuerpo, abandonando mis pensamientos y empuñando la espada contra la misteriosa persona, la cual no era capaz de ver su cara ya que llevaba la capucha de la capa puesta, al acercarme en un ágil y escurridizo movimiento que no pudo llegar a predecir, atravesé con mi cuchilla lo que conseguí alcanzar de su torso.

Observé como se desvió cayendo, pero en cuanto llegó al suelo una luz, como si fuera un rayo, me deslumbró por completo y sin quererlo tuve que cerrar los ojos.
Era el titán hembra, que ahora nos perseguía como si no hubiera un mañana.

Todos aceleramos rápidamente huyendo de ella.

Los chicos hablaron algo entre ellos pero mis oídos se taponaron un momento y mi mente se nubló.
Estaba concentrada en utilizar el equipo de maniobras para desplazarme con velocidad entre los árboles. Las muertes me afectaban de una malísima manera. Lo normal supongo.

La élite se giró a enfrentarse con él titán mientras Eren intentaba huir. ¿Que hago?¿Me voy con Eren o ayudo a la élite? Mi vena suicida decidió darse la vuelta, lucharé junto a la élite para proteger a Eren, nuestro propósito en esta misión.

—¡Acabaré contigo como sea!—Escuché el grito de Petra en frente mío. Rápidamente me dirigí a ayudarles, utilizaron una maravillosa coordinación para quitarle la visión al titán, y este, obligado por no tener vista, se apoyó en un árbol para taparse la nuca, procedimos a hacerle tantos cortes hasta que no podría sujetar sus brazos. Todos actuábamos con rabia e ira.

Yo continué atravesando sus brazos con mis cuchillas. Me apoyé en un árbol para ver cómo continuaban con el trabajo.

No me dio tiempo a reaccionar, ni a mi ni a ninguno de los demás cuando el titán abrió un ojo. ¿Como era eso posible? Tardaban más de un minuto en regenerarse. Mi corazón se encogió en un puño cuando vi a Erd justo al lado de su cara, rápidamente me moví, pero unos pocos segundos después, el titán atrapó en su boca a este.

Yo solté el segundo grito del día, que me desgarró la garganta.

Esto no podía ser real. Vi la cara de pánico de Petra acercándose hasta mi para impedir que fuera donde había sucedido eso.
Unas lágrimas recorrieron mi mejilla. Esto no puede ser real, la élite ha fracasado.

Continué gritando el nombre del atacado, con alguna esperanza de que me contestara pero los brazos de Petra me impedían avanzar.
El titán se levantó sin sus manos y comenzó a correr con la cara bien cerca para matarnos.

—Petra.—Hablé, casi en un susurro, para que la nombrada viera que nos estaba persiguiendo. Ella me estaba agarrando llevándome al lado contrario. Volteó su cabeza y sus ojos se abrieron como platos al verlo.
Nuestras miradas se conectaron por un momento, ese titán era demasiado rápido.

Mi mente no podía procesar las cosas, yo solamente estaba ahí.

De un momento a otro Petra me empujó lejos hacia un lado, yo no tuve tiempo a reaccionar y cuando volteé mi cabeza para mirarla y ver lo que trataba de hacer, un pie del titán acabó encima suyo.

—¡No!—Grité, desde el fondo de mi garganta, mientras sentía como mi corazón se caía en un profundo y oscuro pozo, del que no sabía si volvería a salir.

Todo paso en cámara lenta, el titán levantó el pie y pude ver a Petra en un árbol, cubierta de sangre y con una expresión de susto en su cara. El tiempo se detuvo por unos minutos y cuando intenté volver en mi misma, y activar el equipo de maniobras ya era demasiado tarde.

Mi cuerpo se golpeó contra un árbol, sintiendo una presión dolorosa en todo mi pecho, por la gran velocidad a la que me choqué, para después llegar hasta el suelo recibiendo un segundo golpe por él.

Un pitido apareció en mi oído, similar a el que escuché cuando me desperté en la cama de la enfermería.

Ahí estaba yo, tirada en el suelo en medio de un bosque con árboles gigantes, con una imagen desgarradora de todo mi escuadrón muerto en frente mía.

Tragué saliva. El pitido despareció y comencé a escuchar los pájaros cantar y las hojas de los árboles moverse con el viento. Me encontraba en un total trance.
Mi cuerpo no tenía fuerza para levantarse, tanto física como mentalmente.

Un segundo rayo me volvió a deslumbrar. Eren.

Y ahí desplomada me pasé los siguientes cinco minutos, esperando a que apareciera algún titán y terminara conmigo.

Pero antes de eso, unas botas negras aparecieron en frente mía. Yo levanté la mirada como pude, viendo al capitán. Él miraba con una expresión totalmente seria a Petra. Una lágrima recorrió mi mejilla hasta llegar a mis labios al verlo.

Su cabeza se giró para mirarme. Aunque no lo expresara, estoy segura de que sus ojos están llenos de dolor.

—¿Eres la única viva?—Escuché. Más lágrimas cayeron por las cuencas de mis ojos desesperadamente. Apoyé una de mis manos en la tierra para poder sujetarme en ella para levantarme. En cuanto lo conseguí me mordí el labio intentando ignorar todos los dolores que mi cuerpo tenía ahora mismo.

No sé ni cómo me levanté. Él parecía sorprendido por eso, me miraba a unos dos metros de distancia con el ceño totalmente fruncido.

Aún con las lágrimas recorriendo mis ojos me acerqué a Petra. Susurré su nombre para comprobar si aún seguía viva, aunque en mi interior sabía que no lo estaría aún tenía un pequeño ápice de esperanza.

Al tocarle el hombro, el cuerpo de Petra cayó al suelo, ahora totalmente.

—Está muerta.—Dijo Levi. Un sentimiento de ira me recorrió de pies a cabeza y mis lágrimas dejaron de derramarse. Recordando todo lo sucedido una y otra vez en mi cabeza, fruncí mi ceño y apreté mis puños con fuerza. Me giré nuevamente hacia el capitán, que se encontraba parado mirándome fijamente, como intentando analizar cada uno de mis movimientos.

—Voy a matar a ese titán.

ᴀʟᴍᴀ. [Levi Ackerman]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora